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Quizás por la influencia de nuestros amigos de América Central, la acerola se ha convertido en uno de los ingredientes que encontramos en numerosos complementos alimenticios en España, gracias a sus propiedades antioxidantes y de otros tipos.
De una apariencia similar a la cereza, se trata de un fruto que se cultiva ampliamente en regiones tropicales y subtropicales de América y también del sur de Asia. En sus países de origen se consume fresca, pero en Europa la solemos ver en cápsulas alimenticias que ofrecen los beneficios de un complemento de vitamina C. Y es que estamos ante una de las frutas que mayor contenido tienen de esta vitamina tan importante en la dieta.
¿Qué propiedades tiene la acerola?
Las propiedades que más se destacan de esta fruta son las asociadas al consumo de vitamina C, es decir:
- La vitamina C y otros compuestos antioxidantes ayudan a combatir el estrés oxidativo y los radicales libres.
- Refuerzo del Sistema Inmunológico. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
- Mejora de la Piel. Promueve la producción de colágeno, mejorando la elasticidad y apariencia de la piel.
- Digestión. Su contenido en fibra favorece la digestión y el tránsito intestinal. Sin embargo, la mayoría de los complementos no cuentan con la fibra que de manera natural tiene el fruto cuando se consume fresco.
Es por esto que la podemos ver como el ingrediente principal de algunos:
- Complementos Nutricionales. No nos cansamos de decir que son complementos y no suplementos alimenticios, los que ofrecen este ingrediente. Es decir, cápsulas y pastillas con extractos de acerola.
- Alimentos y Bebidas. Se puede consumir fresca, en jugos, mermeladas y postres, pero en Europa es raro que los encontremos salvo en mercados de carácter étnico. También hemos detectado algunas infusiones.
- Cosméticos. Utilizada en productos para el cuidado de la piel por sus propiedades antioxidantes y vitamínicas.
¿Tiene sentido consumir complementos de acerola?
Pues como ya hemos insistido en muchos artículos sobre dietas, cualquier persona sana que coma de forma variada y equilibrada, no necesita ningún complemento de este tipo.
Las cantidades diarias recomendadas (CDR) en Europa se basan en las recomendaciones tanto de la OMS como de la FAO. En España se habla de unos 80 miligramos diarios.
Pues bien, en invierno los cítricos junto a kiwis, caquis y otras frutas y verduras de temporada garantizan la ingesta diaria de esta vitamina. Y en el momento de escribir este artículo, al inicio del verano, igualmente podemos obtener la CDR de vitamina C que necesitamos a partir de:
- Fresas, unos 70 mg por 100 gramos de fruta.
- Pimientos, especialmente el pimiento rojo con más de 100 mg nuevamente por 100 gr de producto.
- Sandía y melón.
- La papaya y la uva, al final del verano. Ambas con al menos unos 60 mg.
- Perejil, un condimento que, aunque consumamos en pequeñas cantidades igualmente contribuye a la ingesta de vitamina C.
Pudiendo consumir un alimento fresco, que además de vitaminas, nos aporta fibra, agua para hidratarnos y otros nutrientes, no tiene sentido consumir un complemento alimenticio que implica:
- Una huella de carbono adicional por el proceso de fabricación y transporte.
- El uso de plásticos y otros materiales contaminantes.
Como conclusión, hayq ue saber que sólo en los casos en que por un problema de salud o cuando se siguen una dieta muy desequilibrada, nos debemos plantear el consumo de complementos.