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Beber agua antes de hacer deporte o hidratarse es un buen hábito por más razones de las que se suele pensar. El organismo del ser humano contiene nada menos que entre un 55% y un 65% de su peso en forma de agua, cuando lo perdemos por sudoración es necesario reponerlo.
En este sentido son llamativas las pausas que se establecen en el verano durante los partidos de fútbol y en otros deportes, para que los jugadores beban. Personalmente disfruto del deporte más en verano que en cualquier otro momento del año. Tolero muy bien el calor y me encanta la sensación del esfuerzo, pero por experiencia hay que echar un buen trago al inicio, durante y al final de una carrera o sesión deportiva.
Vamos a explicar la importancia de hidratarse (tanto con líquidos como por alimentación) para mejorar el rendimiento, disminuir la fatiga, pero también para reducir el riesgo de lesiones.
Beneficios de beber agua antes del deporte
Beber agua antes de hacer deporte es importante para mantener el rendimiento y prevenir problemas de salud.La cantidad depende de muchos factores, la intensidad del deporte, la temperatura, la preparación física. La experiencia y saber escuchar al cuerpo es clave para saber qué cantidad beber, frente a esas consignas más relacionadas con el marketing, como que hay que beber dos litros de agua al día.
En cualquier caso enumeramos algunos beneficios de beber antes del deporte:
- Previene la deshidratación. Durante el ejercicio, perdemos agua a través del sudor, lo que puede provocar deshidratación. Al beber agua antes de empezar, ayudas a mantener tus niveles de hidratación adecuados desde el principio.
- Ayuda a regular la temperatura corporal. Muy relacionado con el punto anterior, la hidratación permite al cuerpo sudar adecuadamente y así regular la temperatura corporal. Esto es esencial para prevenir el sobrecalentamiento, especialmente durante el verano.
- Mejora el rendimiento físico. La deshidratación afecta la fuerza y la resistencia. Estar bien hidratado ayuda a que el cuerpo funcione de manera óptima, lo cual es clave para rendir bien en el ejercicio.
- Evita calambres musculares. Una hidratación adecuada contribuye a reducir el riesgo de calambres y tensiones musculares, ya que mantiene el equilibrio de electrolitos y ayuda en la contracción y relajación muscular.
- Mejora la concentración y el enfoque. La deshidratación puede también afectar las funciones cognitivas. Estar bien hidratado contribuye a una mejor concentración o a conseguir más fuerza mental, lo cual es fundamental en deportes de precisión o resistencia.
Ayudar a prevenir lesiones
Al inicio del pasado verano sufrí una tendinitis en el hombro tras una tanda de flexiones de barra sin haber calentado suficientemente. Aunque no sufría un dolor intenso, me molestaba y me impedía entrenar con normalidad, así que acudí a un médico a por unos inflamatorios. Una de las cosas que me comentó me llamó la atención. Me recomendó beber abundantemente antes del deporte para reducir el riesgo de una nueva tendinitis.
Efectivamente la hidratación adecuada puede ayudar a prevenir la aparición de tendinitis, aunque no es la única causa ni la solución definitiva. La tendinitis es la inflamación de los tendones, y factores como una técnica incorrecta, un esfuerzo excesivo para el estado físico y la debilidad muscular son las causas principales.
Sabemos que un calentamiento previo, estiramientos, fortalecer los músculos que rodean las articulaciones y utilizar una técnica correcta al hacer ejercicio son los mejores consejos para prevenir este tipo de lesiones. Sin embargo, estar bien hidratado contribuye también a una mejor salud de los tejidos y ayuda a evitar ciertas condiciones que favorecen la aparición de tendinitis:
- Mantiene la elasticidad de los tejidos: El agua es esencial para la lubricación de los tejidos, incluidos los tendones. La hidratación adecuada permite que los tendones mantengan su flexibilidad y reduce el riesgo de microdesgarros.
- Disminuye la fatiga muscular: La deshidratación puede aumentar la fatiga muscular, lo cual hace que los músculos se cansen más rápido y pongan mayor presión en los tendones. Esto puede hacer que los tendones trabajen más de lo normal y se inflamen.
- Contribuye al balance de electrolitos: Una buena hidratación ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos, que es importante para las contracciones musculares. Esto reduce el riesgo de tensiones y sobrecargas que puedan afectar a los tendones.