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Hay pocos platos tan sabrosos como la carne roja. El chuletón, el churrasco, la falda estofada, etc. son verdaderos manjares, gracias a su sabor tan característico y saciante. La cultura gastronómica ibérica, ofrece numerosas maneras de disfrutarla. Desde las preparaciones más sencillas para las mejores piezas, a la plancha y poco hecha, simplemente con sal. Hasta elaborados guisos con patatas y verduras de temporada.
Sin embargo, es una carne que se debe consumir con moderación por su alto contenido graso, que incluye grasas saturadas.
Te explicamos los problemas que provoca, pero también los beneficios nutricionales cuando se consume muy de tarde en tarde. También veremos los principales tipos de carnes rojas.
¿Qué es la carne roja?
El color de la carne tiene una explicación química. Existe un tipo de proteína llamada mioglobina que se acumula en los tejidos más musculosos. La carne roja es aquella en la que existe un alto nivel de este componente.
Por el alto grado de energía que consumen estos tejidos, tiene unas características nutricionales particulares:
- Aportan una gran cantidad de proteínas de alta calidad.
- También de hierro, que se combina con la mioglobina para participar en el proceso de transporte de oxígenos a las células.
- Y tiene abundante grasa, que actúa como una fuente energética para el movimiento del músculo. Por desgracia, en buena parte se trata de las problemáticas grasas de tipo saturado.
¿Cuánta carne roja se consume en España?
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo per cápita de carne en España se sitúa en unos 50 kilos anuales en 2020. Incluyendo carne fresca, carne transformada y carne congelada.
Dependiendo de cómo clasifiquemos la carne de cerdo, entre el 30% y 50% aproximadamente, del consumo se corresponde con carnes rojas. Estos indicadores nos sitúan entre los 10 países con mayor consumo de carne del mundo.
Aunque el consumo de carne se ha reducido ligeramente en los últimos 10 años, todavía es muy elevado y contrasta con la recomendación de la OMS de consumir menos de 21 kilos.
Es muy llamativo la diferencia entre los hogares con personas mayores, donde el consumo se dispara por encima de los 60 kilos, y el de las personas más jóvenes, que se sitúa por debajo de los 40 kilos.
Carne roja, tipos
Los principales tipos de carne roja, están asociados a las siguientes especies y cortes:
- Ternera.
- Vaca, buey y toro.
- Caballo.
- Pato.
- Cabra.
- Carne de caza como la perdiz y codorniz.
- Algunos tipos de carne de cordero y cerdo.
- Las vísceras en su conjunto.
El cerdo, ¿es carne roja o blanca?
En este caso depende de la edad del animal y de la pieza que consideremos. Sucede algo parecido al cordero. Los ejemplares más jóvenes tienen menor contendido de grasa y los adultos, superior.
En cuanto a las piezas, el solomillo, la presa y el secreto se consideran roja, mientras que el lomo puede considerarse carne blanca.
¿Es sano comer carne roja?
Podemos distinguir puntos a favor y en contra de su consumo y sacar una conclusión final.
Los dos principales beneficios nutricionales de comer carne roja son:
- Las proteínas que contiene. Tanto en cantidad como en calidad, ya que incluye todos los aminoácidos esenciales. Además, goza de una gran biodisponibilidad, es decir que son proteínas que el organismo absorbe fácilmente.
- Es una gran fuente de minerales y vitaminas. Sobre todo, destaca su aporte de hierro, por lo que ayuda a combatir la anemia. También las vitaminas del grupo B.
Por desgracia, estos beneficios se ven cuestionados por sus aspectos negativos:
- El alto nivel de grasas saturadas, que provoca un aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos. Especialmente peligroso para personas mayores y con hábitos de vida sedentarios.
- Presencia de purinas, unos compuestos que pueden afectar las vías urinarias e incluso provocar gota.
- Mayor incidencia de cáncer, especialmente de tipo colorrectal sobre todo cuando más cocinadas están. La OMS publicó en 2015 una célebre síntesis de los estudios científicos a la fecha sobre el consumo de carne, llegando a la conclusión de su influencia en estos tumores. También, por cierto, se habla de la charcutería como fuente del mismo problema de salud.
- Por último, se asocian con la presencia de sustancias tóxicas procedentes de los métodos de crianza en la ganadería intensiva. Es el caso de los antibióticos y algunos tipos de hormonas para el engorde.
Como conclusión podemos decir que se puede prescindir perfectamente de la carne roja en nuestras dietas. La carne blanca, más sana, los pescados y numerosas verduras y frutos secos, nos pueden aportar las proteínas que necesitamos.
Para aquellos amantes del buen comer, podemos consumir carne roja, pero con moderación. Limitándonos dos o tres ocasiones durante el mes. Si nos excedemos de esta ingesta, automáticamente veremos aumentar a niveles peligrosos los niveles de colesterol y triglicéridos.
Para las personas con problemas de anemia y que tienen bajo nivel de colesterol y triglicéridos, puede ser conveniente comer carne roja, nuevamente con moderación.