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El amor de una madre hacia sus hijos, es probablemente el más abnegado, desinteresado y potente que existe en este mundo. Los hijos no siempre sabemos corresponder a ese amor a la misma altura. Por eso proponemos este post sobre cartas para mamá. Una manera de aprovechar alguna ocasión especial, un cumpleaños, un aniversario, una despedida tras un viaje o unas Navidades, para enviarles un mensaje especial.
En la pintura, las tres edades de la mujer, de Gustav Klimt, hay algo inspirador y absolutamente tierno en la imagen de la madre con su hija. Ser agradecidos con una madre es ser agradecidos con la vida. Ya que ellas son las que nos dieron ese regalo preciado. Por el contrario, dar por hecho que ese amor no necesita reconocimiento. No ser capaces de entender y aliviar los esfuerzos de una madre, es uno de los errores graves de una existencia. Hay quien sólo se da cuenta cuando ya no están. Demasiado tarde para decir gracias, te quiero.
¿Por qué una carta?
Una carta manuscrita, de nuestro puño y letra, es una rareza hoy en día, en la época de internet. Pero hay algo poderoso y bello en escribir una carta, más si es una misiva de amor o de agradecimiento.
Cuando escribimos una carta, nos obligamos a hacer una reflexión profunda. A parar el ritmo de nuestras vidas, a menudo aceleradas. A meditar qué y cómo enviamos un mensaje. A aislarnos durante un tiempo para poner en orden nuestras ideas.
La mayoría de nuestras madres vienen de una época en que la distancia y la ausencia de tecnología, hacía obligatorio este recurso. Lo van a agradecer pues, hay un elemento de sorpresa en la llegada de una carta que las emocionará.
Cartas para mamá, ¿qué decir?
Lo más valioso de un mensaje es la autenticidad. Cada uno de nosotros tiene una capacidad mayor o menor de transmitir ideas a través del lenguaje y la escritura. Pero también una capacidad única, de decir lo que hay de verdad en nuestros corazones. Por eso, un consejo, podemos inspirarnos en otras cartas. Podemos consultar algunas ideas, pero al final, escribamos una carta que sea nuestra y auténtica, no una copia.
Hay varios mensajes que sugerimos cuando nos planteamos un homenaje a nuestras madres.
Reconocimiento
Lo primero es el reconocimiento. Cuántas cosas damos en la vida por dadas, forman parte de nuestro paisaje y no somos capaces de pararnos, a ser conscientes de su grandeza. A agradecerlas profundamente.
Cuando escribamos esa carta para mamá, hagamos un recorrido por nuestra infancia y juventud. También por la vida adulta. Seguro que hay cientos de pequeños hechos, sacrificios, cariños y alientos, que nuestra madre nos dio y no supimos verlos. Hagamos por tanto un reconocimiento a algunos hechos importantes.
En la infancia, dedicaron casi todo su tiempo a educarnos, a alimentarnos, a protegernos, a jugar o a llevarnos de vacaciones. También nos cuidaron cuando estábamos enfermos, pasaron noches en vela.
En la adolescencia, tuvieron la paciencia infinita de trata con seres caprichosos y volubles.
En la juventud, sufrieron por nuestros fracasos y se alegraron por nuestros logros.
En la vida adulta, nos ayudaron como pudieron, nos escucharon y nos acogieron cuando sufrimos.
Reconocer esa entrega, ese amor y abnegación, es una de los mensajes más bonitos que un hijo puede hacer a una madre.
Agradecimiento
Gracias, gracias, mil veces gracias. Quien sabe decir eso a una madre, no solo le alegra el corazón, sino que además adopta una actitud vital positiva. Saber focalizarnos en lo bueno que nos rodea, en este caso el amor materno, es una de las maneras de aprender a estar en paz con nosotros mismos. Y por el contrario, tener una actitud de lamentación y rumiar continuamente por las dificultades, nos hace desgraciados.
La meditación es una disciplina que nos ayuda a hacer esa reflexión. Que nos hace parar y poner el foco en las cosas buenas que nos rodean. Normalmente un cúmulo de pequeñas cosas bonitas, que son la verdadera fuente de la felicidad.
Digamos pues claramente en esa carta, gracias, por todas esas pequeñas cosas de cada día que nos hicieron felices y más fuertes.
Declarar nuestro amor
Una persona madura, es decir que ha sabido desarrollar sus capacidades físicas, intelectuales, pero también emocionales, deber saber decir, te quiero. No hay que tener vergüenza por mostrar nuestros sentimientos de amor a una madre. Aprovechemos esas cartas para mamá, para escribir lo que tal vez es más difícil decir con palabras, para algunas personas.
Decirles que estamos a su disposición
A medida que las personas mayores se hacen mayores, aumentan sus necesidades físicas, pero también emocionales y de acompañamiento. Es el momento de devolver lo que día nos dieron. De ser nosotros quienes nos ocupemos de cuidarlos, de pasar tiempo con ellos y acompañarlos.
Qué bueno es mostrar y decir, que estamos ahí para cuando nos necesiten. Aunque muchas cosas se den por sentadas, no está de mal decirlas alto y claro.