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Cada vez hay más población consciente de la importancia de la salud intestinal y de la alimentación, sobre la salud general del organismo. Hay un mantra, un tanto exagerado, que dice que somos lo que comemos. Aunque esto no sea tan rotundo, sí que es cierto que la alimentación influye poderosamente en el estado general de salud. Existe una dieta de colon irritable, que permite aliviar una de las dolencias gástricas con mayor prevalencia en las personas occidentales.
Vamos a ver las causas del colon irritable, cómo incide en la calidad de vida y cómo la alimentación y otras pautas pueden ayudar a curar o suavizar sus síntomas.
¿Qué es el colon irritable?
El colon irritable o síntoma del intestino irritable (SII) se distingue de síntomas intestinales puntuales, por su duración o naturaleza crónica. También se le conoce como colitis mucosa. Se calcula que entre el 4% y el 5% de la población española lo sufre.
Según la Organización Mundial de Gastroenterología, se define como “un trastorno intestinal funcional en el que aparece dolor o molestia abdominal asociado con la defecación y/o cambios en los hábitos intestinales. Las sensaciones de malestar, distensión (hinchazón), y trastornos de la defecación se presentan frecuentemente…”
Los síntomas son por tanto dolores abdominales, alteraciones en el tránsito intestinal, que oscilan entre períodos de diarreas con otros de estreñimiento. Por ello, más allá del dolor físico, existe un impacto en la vida normal, que lógicamente incomoda y produce inseguridad.
¿Cuál es la causa del colon irritable?
La principal causa de este trastorno tiene que ver con el estrés y ansiedad que asolan occidente, por los estilos de vida. Los neurólogos y gastroenterólogos saben que la actividad cerebral y el funcionamiento del sistema digestivo, están íntimamente ligados. Cuando estamos estresados, esto puede influir en las secreciones intestinales. Y al contrario, cuando comemos mal, existe un impacto en la salud mental.
Hablamos pues de una enfermedad psicosomática, que requiere asistencia integral. Debemos comenzar por una visita a un gastroenterólogo y a un nutricionista. Dependiendo del orígen último, un buen psicólogo y cambios de hábitos, son clave para superarlo.
Pero esta enfermedad también puede ser causada por el exceso de consumo de alimentos ultraprocesados. O tras un tratamiento de antibióticos, o de fármacos antiácidos o antiinflamatorios. En todos estos casos se puede romper el equilibrio de nuestra flora intestinal hasta caer en un episodio de colon irritable.
¿Cómo la dieta de colon irritable puede ayudar?
Aunque para curar y paliar este síndrome puede requerir un enfoque holístico, la dieta puede sin duda, suavizar sus síntomas. Esto a su vez, puede ayudar a reducir el malestar y a facilitar el retorno a una vida normal. Lo que a su vez puede contribuir a ayudar a resolver los problemas ambientales que causan ansiedad.
Alimentos a restringir en una dieta de colon irritable:
- Por obvio que pueda parecer, empezamos por las bebidas alcohólicas y gaseosas. Tienen una relación inmediata con el malestar digestivo.
- El café, té y bebidas excitantes.
- Alimentos demasiado especiados o picantes.
- Comida grasa, empezando por carnes rojas, quesos y lácteos grasos pero también alimentos ultraprocesados ricos en grasas.
- Moderar el consumo de alimentos ricos en fibra. Especialmente de fibras insolubles como los cereales integrales, legumbres y algunas verduras.
- Frutos cítricos, puesto que provocan acidez.
- Alimentos azucarados y con el edulcorante sorbitol.
Alimentos que nos ayudan:
- Beber con regularidad líquidos no gaseosos ni alcohólicos, que ayuden a hidratarse y a la digestión, Agua sin gas e infusiones.
- Yogures, kéfir y fermentos lácteos en general.
- Alimentos con fibras solubles, como el arroz, salvado de avena, zanahorias, maíz o brócoli.
- Frutas con poca azúcar y no cítricas como las manzanas. En cambio, evitando zumos, incluso naturales, por su alto contenido en fructosa.
- Pescados poco grasos.