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Vamos a hablar en este post de la hormona del crecimiento, la talla de los niños y los factores que influyen en que crezcan de una manera sana y equilibrada. Hay casos en que los niños u adolescentes, sin motivos aparentes crecen claramente por debajo de la media. Entonces podemos plantearnos una visita médica, a un pediatra endocrinólogo, que descarte cualquier problema de salud.
¿Qué es la hormona del crecimiento?
La hormona del crecimiento se conoce también como somatropina (STH). Otras veces podemos leer informes con sus siglas en inglés, GH (Growth Hormone).
Es segregada por la pequeña glándula pituitaria, situada en la parte inferior del cerebro. Cumple varias funciones y resulta esencial para el crecimiento y desarrollo tanto en humanos como en animales vertebrados.
La hormona del crecimiento se produce durante toda la vida. Ayuda a la reproducción celular, la regeneración de tejidos, el aumento y mantenimiento de la masa muscular e incluso a la densidad ósea. Pero es sobre todo durante la infancia y adolescencia cuando se producen los picos de segregación, facilitando el famoso “estirón” de los más jóvenes.
La endocrinología pediátrica
El especialista médico capacitado para tratar problemas de crecimiento en los niños es el endocrinólogo pediatra. Se ocupa de los trastornos de las glándulas endocrinas, que pueden afectar a variaciones del crecimiento físico, desarrollo sexual infantil o la aparición de enfermedades como la diabetes.
No hay que dudar en acudir a uno si tenemos sospechas de que nuestros hijos tienen un déficit de crecimiento anormal. Afortunadamente existen tratamientos hoy en día para reforzar la presencia de la hormona del crecimiento en el organismo y para aportar otras recomendaciones que ayuden a crecer con todo el potencial.
El crecimiento de niños y adolescentes
Existen varios factores que inciden en que la talla de los chicos sea más o menos elevada, destacando:
- La genética. Las generaciones actuales suelen ser más altas que la de sus padres y abuelos gracias a la mejor alimentación y seguimiento pediátrico. Pero sin duda, si un niño tiene una familia con talla corta, lo natural por influencia genética, es que también sea bajito. Esto no implica ningún problema de salud, ni de potencial intelectual.
- Una alimentación sana y equilibrada. Una dieta rica en lácteos, verduras frescas y fruta, es clave para obtener las vitaminas, minerales y proteínas que ayudan a crecer. Y por cierto, también ayuda a evitar el sobrepeso y la obesidad, problemas serios de salud que afectan cada vez más a los niños.
- La exposición a la luz solar y la vitamina D. Los jóvenes deben de pasar regularmente tiempo al exterior y estar expuestos de forma moderada al sol, ya que este facilita la formación de vitamina D. Esta última juega un papel clave en la absorción del calcio, a su vez fundamental para los huesos.
- El ejercicio físico. El deporte, el juego y la actividad física inciden en una mejor salud general y también parece que ayudan a desarrollar el potencial de crecimiento.
- Horas de sueño y descanso. Es durante el sueño cuando se genera la mayor cantidad de hormona del crecimiento, así que un déficit de sueño en los pequeños puede afectar negativamente su desarrollo. Los chicos tienen además una necesidad mayor de horas de sueño que los adultos. Es importante pues, vigilar los hábitos que facilitan el sueño.
- Enfermedades y tratamientos médicos. En algunos casos por desgracia, tiene efectos secundarios en el proceso de desarrollo.