Tabla de contenido
¿Qué es la infodemia? Cuando se produce una crisis sanitaria virulenta como la que estamos atravesando (la última importante se produjo en 1918 y 1920, y sus ondas epidémicas siguen acompañándonos hasta hoy, todos los otoños) hay una tendencia natural del ser humano y, sobre todo de los médicos y científicos, a opinar sobre el tema. Aunque no sea su especialidad, aunque no esté al día, o, aunque no sepa ni pajolera idea del tema. Y máxime si, como pasa en occidente, los medios quieren declaraciones “que vendan y protagonistas para hacerlos efímeras estrellas».
Y no, no es así como esto funciona, o como debería funcionar.
Debe ser un comité de expertos, dirigidos y coordinados por la OMS, pero INDEPENDIENTES, quienes dirijan la política de recomendaciones a la población mundial sobre todos y cada uno de los actos de la pandemia. ¿Qué hacer, qué vacuna aprobar, qué medidas tomar?, etc…Y SOLO UNA VOZ Y UNA ESTRATEGIA.
Lo contrario lleva a la desinformación, al miedo, a la proliferación de bolsas de antisistemas. Es la consecuencia de un aluvión de médicos, científicos, gurús y chamanes de la tribu, opinando sobre algo de lo que no tienen criterio. Provoca en la sociedad NEGACIONISMO, CONFUSION, TEMOR Y MIEDO.
A todo ese maremágnum se le llama INFODEMIA.
Fíjense en un dato: en 2020 se publica en todo el año, unos 22 estudios epidemiológicos sobre la pandemia; en 2021 van aproximadamente más de 5.000 estudios.
La visión de la OMS sobre la infodemia
Veamos que opina la OMS sobre esto:
“La «infodemia» se considera como «un serio problema de desinformación que aumenta la propagación, producto de la desinformación a escala masiva. Técnicamente, es una epidemia de mala información, o bien mala información que posibilita una epidemia vía datos falsos, errados o maliciosos que se propagan por redes sociales».
Interrogado sobre este tema, el analista y experto Mario Riorda explica que la OMS (Organización Mundial de la Salud) evidencia que existe un estigma alrededor del Covid-19 fundamentado en tres tendencias importantes. Primero es una nueva enfermedad desconocida, sobre la que restan numerosas incógnitas; el ser humano tiene miedo de forma natural hacia lo desconocido y en estos casos una salida es buscar responsabilidades en «otros». Por ellos es importante el uso de las palabras que definen o nombran estas circunstancias y que condicionan las repuestas.
«No se debe estigmatizar esta enfermedad: no es un ‘Virus chino’ o ‘Virus asiático'», alerta, y destaca: «Usar terminología criminalizante o deshumanizante crea la impresión de que las personas enfermas de alguna manera han hecho algo mal o son menos humanos que el resto».
Lo recomendable es pues referirse a «pacientes o personas que tienen Covid-19», o «que están siendo sometidas a un tratamiento por…» sin más adjetivos o asociaciones.
Existe un antecedente de este tipo de mensajes que se produjo a principios del siglo XX. Durante la terrible cepa de gripe que diezmó la población, en una medida mucho mayor que la actual pandemia, la prensa y los líderes hablaban de gripe española. Una manera de rehuir responsabilidades y de achacar una calamidad a un enemigo externo. Pero lo cierto es que las enfermedades no entienden de religiones, etnias o razas.
Infodemia y «fake news»
Otro problema paraleo es la proliferación de noticias falsas. Sobre todo aprovechando la velocidad de las redes sociales. Se producen casos de desinformación tendentes a crear negacionismo y confusión. Algunos expertos alertan: hay incluso una mayor propagación de lo que podemos llamar «false news» que de «fake news». ¿A qué nos referimos con estos dos términos?
“detrás de las ´fake news´ hay una finalidad política, una intención de provocar un daño mediante una operación política. Las noticias falsas, en cambio, pueden surgir de la necesidad de llenar vacíos de información incompleta mediante prejuicios que son coherentes con las creencias y la idiosincrasia que dominan una comunidad».
Consecuencias de este grave problema
Vivir inmersos en un caos informativo es desgraciadamente habitual para una buena parte de la población. Ciudadanos que viven desinformados y que construyen sus criterios a partir de mensajes de conocidos, de medios de comunicación generalistas y de redes sociales sin contrastar.
Por ello debemos tomarnos este problema en serio. Puesto que desemboca en toxicidad de la infoxicación.
La OMS lleva tiempo usando la palabra infodemic para referirse a la sobreabundancia informativa falsa y a su rápida propagación entre las personas y medios. Recientemente, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus (Director General de la organización) señaló con motivo del coronavirus que «la gente debe tener acceso a información precisa para protegerse a sí misma y a los demás».
En la OMS, no sólo estamos luchando contra el virus; también estamos luchando contra los troles y los teóricos de la conspiración que impulsan la desinformación y socavan la respuesta al brote. «La desinformación sobre el coronavirus podría ser lo más contagioso del mismo».
Manifiesta el director general que posee un equipo de comunicación de riesgos y gestión de infodemias que rastrean activamente la información. Dicho equipo para la detección de infodemia trabaja mano a mano con el departamento de comunicación para proporcionar información veraz a un público más amplio. .
Ahora bien, y volviendo a la finalidad de esta publicación, ¿qué es la infodemia según la Fundeu?
“En efecto, el término infodemia ha protagonizado hoy multitud de titulares en relación con la alerta de la Organización Mundial de la Salud. Según explica la propia OMS, la voz inglesa infodemic, que es la voz original que emplea, se refiere a una sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra no) que hace que para las personas sea difícil encontrar recursos fidedignos y una guía de confianza cuando la necesitan.
En español, se ha traducido por infodemia, voz morfológicamente bien formada, que en el contexto de las noticias sobre el coronavirus se emplea con relación a la gran cantidad de información que hay sobre el tema, mucha de la cual son bulos o rumores, por lo que vendría a equivaler a una ‘epidemia nociva de rumores que se generan durante los brotes’”. Con este mismo sentido la OMS ya lo lleva empleando unos años.
Así que cuando escuches la próxima vez la palabra INFODEMIA ya sabes a qué se refiere. Y, por cierto, no dudes en curarte de ella (y ayudar también a otras personas a ello) acudiendo o consultando directamente sobre la veracidad informativa en tu biblioteca pública o revisando los siguientes sitios web para cazar bulos.