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En otros posts hemos hablado del enorme impacto que la alimentación ejerce en la salud de forma natural. En este caso analizamos infusiones para bajar la tensión. Un complemento sencillo y agradable a una posible medicación, o bien para tomar de manera preventiva si tenemos una ligera tendencia a sufrir este problema.
Es interesante recordar que prácticamente todas las civilizaciones antiguas han acumulado conocimiento sobre el efecto en la salud de las plantas y extractos vegetales. Por eso el uso de las infusiones es milenario, y se han usado contra todo tipo de dolencias.
Incidencia de la tensión alta
El hecho de que la esperanza de vida se haya alargado, pero también que el estilo de vida actual lleve a un mayor sedentarismo y a una sobre-alimentación, incide en un aumento de hipertensión. Se calcula que alrededor del 43% de la población española con una edad superior a 18 años es hipertensa.
Para los casos más graves, el impacto a corto plazo es una peor calidad de vida. Y a largo, el riesgo de aparición de enfermedades graves, por ejemplo, de tipo cardiovascular.
Existe un mayor riesgo de sufrirla las personas mayores, aquellos con una vida sedentaria, quienes sufren estrés o la población con sobrepeso y obesidad. También hay otros factores de riesgo como el tabaco o dietas desequilibradas.
Debemos saber que hay que acudir al médico si se sufre esta situación, y que las infusiones u otros alimentos son una ayuda, pero no un sustitutivo de un tratamiento médico.
6 infusiones para bajar la tensión
Ahora sí, vamos a comentar el mundo de las infusiones y el efecto natural que pueden producir algunos tipos. Aunque existen más, nos centraremos en 6 infusiones conocidas y con un buen efecto en el organismo.
La valeriana
La valeriana es una de las infusiones más conocidas y potentes para la relajación nerviosa, muscular y para facilitar el sueño. También facilita el control de la tensión arterial. Parece que sus aceites y unas sustancias llamada valeprotiatos actúan sobre el sistema nervioso central y autónomo. En concreto reducirían la actividad de un neurotransmisor llamado GABA.
Como curiosidad, se sabe que se usaba en la Grecia y Roma clásicas por sus efectos sedantes. Existen por ejemplo referencias de su uso nada menos que por los discípulos de Hipócrates, considerado uno de los padres de la medicina.
La tila
Otra de las infusiones más populares que proceden del árbol del tilo, que puede alcanzar un gran porte y es frecuente en las zonas templadas del hemisferio norte. Las infusiones más apreciadas de este árbol, son las que se obtienen exclusivamente a partir de sus flores desecadas.
Aunque un poco menos fuerte que la valeriana, la tila tiene igualmente un efecto relajante y ayudan a conciliar el sueño. Como muchas infusiones es diurética y por el conjunto de sus propiedades, ayuda a bajar la tensión arterial.
Cola de caballo
Procede de una planta conocida como Equisetum arvense, muy extendida por todos los continentes. La podemos encontrar en herbolarios y farmacias en formas de pastillas de concentrados, pero resulta más natural tomarla en forma de infusión.
En este caso su principal beneficio es diurético y antioxidante. En buen número de casos, la hipertensión se asocia a una retención de líquidos, por lo que este extracto resulta beneficioso.
Apio
Otro extracto rico en antioxidantes y fitoquímicos que ayudan a controlar la tensión arterial y que resulta diurético. Sabemos que el apio tiene un sabor amargo, que no a todo el mundo le gusta, pero en infusión se suaviza un poco.
Manzanilla
Una de las infusiones más humildes y apreciadas por sus múltiples propiedades. Ayuda a la digestión, es antiinflamatoria y diuréticas. Además tiene un buen efecto calmante que favorece la reducción de la tensión.
Diente de león
Terminamos este repaso con otra planta con propiedades diuréticas. Al ser rica en antioxidantes resulta antiinflamatoria.