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Hablar de kombucha es hablar de probióticos. Y los probióticos en nuestra época, son sinónimo de algo más que salud digestiva. Existe toda una serie de beneficios saludables, incluyendo el fortalecimiento del sistema inmune, que aconsejan el consumo de este tipo de alimentos fermentados.
Ahora bien ¿es la kombucha que vemos en los supermercados la nueva poción mágica o un producto de marketing para el verano? Vamos a analizarlo. Veremos que detrás de una bebida sana se pueden esconder productos ultraprocesados con un exceso de azúcar y de ingredientes artificiales.
¿Qué es la kombucha?
Como tantas otros alimentos con un aura misterioso y evocador, el té kombucha procede de Asia. Concretamente se le atribuye un origen milenario tanto en el norte de China como en Japón. De hecho, se habla de una bebida de samuráis.
Desde un punto de vista etimológico, kombu significa en japonés ‘alga’, y cha infusión o té. Cuando hablamos de alga, nos referimos a un cultivo de hongos que contiene también bacterias, que al fermentar gracias a una levadura, desarrollan los probióticos que son la base de los beneficios de esta bebida. Tan solo basta añadir en la receta original, una pequeña cantidad de azúcar para endulzar.
A partir de aquí, y dada la falta de regulación, los industriales han desarrollado una amplia gama de bebidas que incluyen zumos de frutas o a veces, otros ingredientes menos sanos. Como elemento común, suelen estar ligeramente carbonatadas, para asimilarlas a las bebidas refrescantes, con esas burbujitas que se asocian al verano. Para que hablemos de una verdadera kombucha deben tener un cultivo de bacterias probióticas, Lo que en inglés se entiende por sus siglas: Scoby (Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast).
Nutrición y microbiota
La inclusión de la microbiota en los discursos sobre nutrición es relativamente reciente. En otro post hemos hablado de los millones de microorganismos que componen la flora intestinal o microbiota, así como de los beneficios asociados a disponer de una colonia abundante y variada de la misma en los intestinos.
Por un lado, mejoran la respuesta inmune, pero también ayudan a disfrutar de un sistema digestivo más sano, son una ayuda a mantener el peso corporal y hasta se relacionan con una mejor salud mental y un menor riesgo de desarrollar enfermedades mentales.
Pues bien, hay dos tipos de alimentos que contribuyen al desarrollo de la microbiota. Por una lado los prebióticos y por potro los probióticos, entre los que se incluye la kombucha. Aunque la fama se la lleven los probióticos presentes en yogures, kefir, kimchi, etc. lo cierto es que son los prebióticos sobre todo, es decir las legumbres, verduras, etc. las que más contribuyen en nuestra dieta mediterránea a formentar la salud de la flora intestinal en nuestro organismo.
Regulación del kombucha
El problema de la kombucha es que hoy por hoy, desde un punto de vista industrial, no está regulada. Algunos grupos industriales de bebidas han visto un filón en esta evocadora denominación que sin embargo se puede reinterpretar como les venga en gana.
El único intento de autorregulación viene de EEUU, concretamente de la organización Kombucha Brewers International o KBI, que ha elaborado un código de buenas prácticas.
Por eso, es importante ser consciente de las malas prácticas es en este tipo de producto, para evitar consumir simplemente bebidas refrescantes más caras.
Ausencia de probióticos
Ante la falta de regulación nos podemos encontrar directamente con estafas, es decir, productos que reclaman este ingrediente sin en realidad tenerlo.
Tenemos que decir que entre las marcas que hemos analizado no hemos visto esta situación. Pero en cualquier caso recomendamos leer siempre la lista de ingredientes y asegurarnos que se incluya la mención: “cultivo de kombucha”, “cultivo de probióticos” o ingredientes similares. Y en todos los casos evitar las bebidas de kombucha que se vendan sin refrigerar, puesto que los cultivos de kombucha siempre necesitan preservarse en el frigorífico para evitar una contaminación.
Otra señal de estafa sería que el producto esté pasteurizado. Es decir que se le haya aplicado una tratamiento térmico que mate a las bacterias. Una verdadera kombucha nunca debe estar pasteurizada.
Presencia excesiva de azúcar
Muchas marcas de azúcar añaden una cantidad excesiva de azúcar en sus fórmulas. El azúcar añadido funciona muy bien para mejorar la palatabilidad de alimentos y bebidas. Pero claro, el problema es que el exceso de consumo, entre otros inconvenientes, tiene justo el efecto contrario en los probióticos en la flora intestinal. Tiende a destruir y reducir el desarrollo de la microbiota.
La OMS establece un límite de 25 gramos de azúcar añadida al día para un adulto de talla normal. Este límite no es una recomendación, de hecho, cuanto menor sea el consumo, mejor. Sino un tope orientativo, sabiendo que en occidente la mayoría de las personas supera por 2 o 3 esta tasa.
Por eso, las personas con sobrepeso, obesidad y tendencia a consumir alimentos envasados y bebidas refrescantes deben ser muy cuidadosas con añadir más azúcar a sus dietas. Cualquier kombucha que incluya 1 gramo o más de azúcar por 100 ml debería evitarse, y como veremos más adelante existen en el mercado bastantes ejemplos que lo hacen.
Presencia de edulcorantes
Otro de los problemas de las dietas poco naturales es la presencia de una cantidad excesiva de edulcorantes artificiales. Se sabe que la sacarina, la estevia, el aspartamo, el ciclamato, etc… se pueden asociar a molestias digestivas y al desarrollo de algunas enfermedades.
Muchas marcas de kombucha pretenden sustituir o complementar la presencia de azúcar con edulcorantes. Por tanto, si eres una persona que suele consumir alimentos y bebidas envasada, te recomendamos evitar las marcas que añaden este ingrediente en sus fórmulas.
Presencia de otros aditivos
Ojo con la presencia de aditivos innecesarios como almidones, aromas o colorantes. Recomendamos leer la lista de ingredientes del kombucha y optar por las listas más cortas, y en todo caso evitar los que incluyan estos tipos de ingredientes.
Bebida carbonatada
La mayoría de bebidas kombucha son carbonatadas. esto significa que tienen esas burbujitas características que el carbonato sódico produce. En principio no pasa nada, pero un exceso veraniego de bebidas carbonatadas puede producir malestar digestivo y en grandes cantidades puede inhibir la absorción de minerales como el calcio.
Presencia de alcohol
La legislación permite que no se señale en el etiquetado la presencia muy baja de alcohol por debajo del 0,05% del volumen. Es verdad que esta cantidad no supone prácticamente ningún riesgo de salud. Pero en todo caso hay colectivos, como mujeres embarazadas, que deben saber que pueden estar ingiriendo estas mínimas cantidades en su kombucha.
Reclamos de marketing innecesarios
Para finalizar, muchas marcas incluyen reclamos innecesarios como “sin gluten”, “vegano” o “sin lactosa” en sus productos. Si hablamos de una bebida de té, ya sabemos que no debe incluir gluten y lactosa. Y que tampoco tiene ingredientes de origen animal. Ya hemos hablado en otros posts de una demonización absurda de estos ingredientes que, para las personas sin alergias alimentarias, no son nocivos.
También el añadido de ingredientes ecológicos, si bien es positivo, no supone gran cosa, puesto que más del 92% – 95% del producto es simplemente agua y la parte ecológica se reduce al resto.
Comparativa de bebidas de Kombucha
Hemos analizado algunas de las marcas presentes en el mercado español de kombucha para evaluar su valor nutricional y la lista de ingredientes. No hay ningún motivo especial para haber elegido estas marcas. Simplemente nos sirven de ejemplo para ver lo que podemos encontrar en el mercado.
Para empezar y como rasgo positivo, hay que señalar que las tres contienen cultivos de probióticos y se pueden catalogar como verdaderas kombuchas.
Komvida Kombucha
Se vende en una botella de vidrio de 250 mililitros.
Entre sus ingredientes solo hay productos naturales: Agua, té verde ecológico (2%), azúcar de caña ecológica (2%) cultivo de kombucha (simbiosis de microorganismos y levaduras (<1%), limón ecológico (0,5%) y jengibre ecológico (0,2%).
Por tanto estamos en principio con un buen producto y poco calórico. Pero que tiene algún punto de alerta en su cantidad de azúcar, que sin ser excesiva, puede ser negativa en personas que ya consumen azúcar añadido de manera diaria en otros alimentos y bebidas. En cuanto a la presencia de sal es muy reducida.
Tabla nutricional
Por 100 ml | Por botella | ||
Valor energético |
|
30 Kcal | |
Grasas |
|
1,3 g | |
– saturadas |
|
0,62 g | |
Hidratos de carbono |
|
4,12 g | |
– Azúcares |
|
4,12 g | |
Proteínas |
|
0,25 g | |
Sal |
|
0,033 g |
Santiveri kombucha gengibre y cúrcuma
En este caso se vende en una botella de cristal de 500 mililitros.
Nuevamente vemos ingredientes naturales en su fórmula: agua, azúcar de caña, jengibre (0,36%), hierba de limón, zumo de limón, cúrcuma (0,15%), té verde (0,09%), infusión de hojas de Stevia rebaudiana Bertoni, pimienta negra, cultivo de kombucha. Como en el caso anterior los ingredientes de origen vegetal son procedentes de la agricultura ecológica.
La tabla nutricional nos indica una cantidad de azúcar muy baja, la menor de los tres productos analizados. Sin embargo tenemos que dar un punto de atención respecto al añadido de stevia. En principio un edulcorante de los menos nocivos, pero que en cantidades excesivas puede provocar una serie de efectos secundarios negativos. Así que cuidado para las personas que ya tomen edulcorantes en otros productos.
Por 100 ml | Por 250 ml | ||
Valor energético |
|
7,5 Kcal | |
Grasas |
|
0,0 g | |
– Saturadas | 0.0 g | 0,0 g | |
Hidratos de carbono |
|
2 g | |
– Azúcares |
|
1,25 g | |
Proteínas |
|
0,75 g | |
Sal |
|
0,05 g |
Casa Grande De Xanceda kombucha de cítricos ecológica botella 250 ml
En este caso nos encontramos con una lista de ingredientes más amplia. Los productos de origen vegetal son igualmente ecológicos. Agua, azúcar de caña, té verde, cultivo de kombucha, zumo de naranja, zumo de limón, zumo de mandarina, algarroba, almidón de tapioca, aceite de limón, aceite de naranja, zumo de zanahoria.
El fabricante indica que puede contener trazas de alcohol.
Lo que más nos llama la atención en este caso es la cantidad de azúcar indicada en la tabla nutricional: 5,8 gr. por 100 ml de producto. Es decir, 14,5 gr por botella individual. Sirva este producto de ejemplo de una cantidad realmente excesiva si se tiene en cuenta el contexto de consumo de alimentos y bebidas con azúcar añadida.
Como consecuencia, el contenido calórico es también superior, aunque realmente este no es el problema porque hablamos de unas 73 kcal por botella, que no es una cantidad importante.
Conclusiones
Las bebidas de kombucha que vemos en los supermercados se inspiran en una bebida fermentada con probióticos que proceden de Asia. Sin embargo, no existen estudios clínicos que avalen las cantidades que tienen un efecto saludable. Por eso, si quieres cuidar tu flora intestinal, es casi seguro mejor, que comas legumbres, verduras y productos altos en fibra por su contenido prebiótico.
En principio estamos ante bebidas refrescantes más interesantes que las tradicionales, siempre que no contengan una cantidad de azúcar ni de ingredientes artificiales.