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La leche infantil forma parte de los productos básicos de cualquier familia con hijos. Fórmulas enriquecidas y adaptadas para la alimentación de los bebés. Pero no siempre fue así, Pelargón fue la primera marca de leche infantil con una venta generalizada en España en los años 50.
Mi padre era un excelente médico de pueblo, con un “ojo clínico” maravilloso. Pero sobre todo tenía un ojo clínico especial como puericultor. Y recuerdo como si fuera ayer, las visitas de madres angustiadas con sus bebés moribundos en brazos, aporreando la puerta de mi casa.
Yo tenía unos tres o cuatro años, y corrían los primeros años de los cincuenta del siglo pasado. Y, desde la inocencia de mi niñez, me daba cuenta del drama de esa época. No era raro el día en que en mi casa se morían dos o tres bebés, y quedaban metidos en una caja de zapatos hasta que pasaba el encargado municipal de cementerios a recogerlos para enterrarlos. Y no exagero para nada, cuando afirmo que, en los meses de verano, en una población rural de unos 3000 habitantes (como era mi pueblo) podían haber unos 80 a 90 bebés muertos. No había manera de terminar con la mortalidad infantil.
¿Qué causaba aquella epidemia de mortalidad infantil?
Mi padre sabía con impotencia que era debido a la malnutrición infantil y a la miseria y pobreza de una posguerra. La impotencia de mi padre no tenía limite. Aconsejaba a todas las madres un énfasis especial en que retiraran la leche condensada del alimento del bebé por razones obvias: no había frigoríficos en las casas de Andalucía, y la leche estaba muy concentrada en azúcares. Y para él no había duda que aquella mortalidad por deshidratación tras una gastroenteritis era por ingesta de leche condensada. Se cansaba de decirles a las madres que siempre había que amamantar al bebé hasta su primer año de vida, pero los mustios pechos de las madres no daban más de sí: ni leche, ni salvación.
Un día mi padre llegó eufórico. El boticario del pueblo le dio una noticia extraordinaria. La casa NESTLÉ acababa de comercializar un alimento infantil a base de leche llamado PELARGON, y en unos días estaría en la botica de mi pueblo. Mi padre estaba eufórico, parecía que le había tocado la lotería.
¿Qué era aquel PELARGON, leche infantil?
Era una leche de vaca en polvo maternizada, a la que se le habían quitado determinados azúcares para evitar intolerancias, y se le había añadido vitaminas y nutrientes que la enriquecían.
Pero, sobre todo, y como si fuera un milagro inesperado para miles de bebés de los cincuenta, supuso el regalo de su salvación.
Por arte de magia, desde la irrupción del Pelargón de Nestlé, desapareció radicalmente el goteo continuo de muertes infantiles, y terminó la mortalidad infantil radicalmente en nuestro pueblo. Podríamos decir que además de ser el Pelargón un salvavidas infantil, también supuso el abandono del subdesarrollo en salud infantil de España.
Cada vez que veo el logo de esta empresa suiza me acuerdo del drama de una caja de zapatos con un bebé muerto dentro, en un rincón de mi casa.
La leche infantil actual
Frente a la simplicidad de la fórmula de Pelargón, la mayoría de fórmulas de leche infantil son muy sofisticadas hoy en día. El objetivo buscado es completar las necesidades nutricionales del bebé y adaptarla para que se asemeje a la leche materna.
En la mayoría de los casos esto incluye el siguiente enriquecimiento. Vitaminas y minerales, como el hierro. Cambio del perfil lipídico para extraer grasas saturadas y añadir ácidos grasos omega 3 o de otros tipos. En otros casos se hidrolizan las proteínas, es decir con algunas encimas se cortan las cadenas largas en pequeños aminoácidos, más fáciles de digerir. En otros son bajas en lactosa, nuevamente para facilitar la digestión. Y así un largo etcétera de fórmulas adaptadas a necesidades específicas.
En México decíamos ya llego la leche pelargón, la leche del niño k-bron!
Hola Genaro, gracias por escribirnos. Ya veo que también en México esta marca ha sido importante para la alimentación de los más pequeños. ¡Y que forma parte de la cultura popular!
No se enciende muy bien como le llaman «leche infantil» a un producto elaborado con almidón de papa, suero de leche de vaca, citrato de calcio, aceite de girasol, coco, palma…leche de vaca descremada, maltodextrina,, almidón de maíz, lecitina de soya, citrato de potasio, cloruro de magnesio, ascorbato de sodio…y un coctel de vitaminas sintéticas…La mortalidad infantil descendió en España cuando empezaron a mejorar las condiciones de vida, no por la aparición del Pelargón
Hola Carmen, gracias por tu comentario, tienes razón, hay un conjunto de mejoras en las condiciones de vida que contribuyen, pero pongamos esta historia en contexto.
Hablamos de los años del hambre, del 45 a 50 o 52. Las madres estaban desnutridas, muchas apenas podían alimentar a sus recién nacidos. Acuden a alimentos supletorios. Y solo tienen, comercialmente hablando, leche condensada… ¿pero dónde se conserva este alimento infantil?
No hay frigorífico, ni higiene. Las moscas y otros insectos infectan la lata y el bebé, sobre todo en los meses calurosos, desarrollan una gastroenteritis aguda que a menudo es mortal. Esta fue la realidad en la comarca de Peal de Becerro, Quesada Cazorla. La misma de muchas otras regiones de España.
La llegada de Pelargón, una leche en polvo, que se reconstituye al instante con agua caliente, hace desaparecer al instante, miles de contaminaciones mortales.
Mis abuelos compraban esta leche, qué recuerdos!