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La leche omega 3 es un preparado lácteo o bebida láctea, que parte de una base de leche desnatada. A partir de ahí se enriquece con ácidos grasos omega 3, ácido oleico y otros extractos vegetales. Se lanzó en el mercado en los años 90 por la marca Puleva, y posteriormente aparecieron réplicas de otras marcas. Debido a las campañas de publicidad llegó a hacerse muy popular en España. No así en otros países europeos, donde apenas existe esta variedad.
Algunos lectores nos han preguntado ¿es la leche omega 3 más sana que la leche desnatada? ¿Tiene sentido comprar este tipo de producto? Vamos pues a tratar de entender la diferencia entre ambas variedades y ver hasta qué punto es recomendable.
¿Leche omega 3, qué es?
Para empezar, hay que precisar que estos productos no se consideran exactamente leche, por la actual normativa.
Efectivamente la legislación exige que, para poder ser llamado leche, el producto debe provenir de “un producto íntegro, no alterado, ni adulterado … del ordeño higiénico …de las hembras mamíferas…”.
Las fórmulas existentes de leche omega 3, suelen partir de una base de leche desnatada a la que se añaden ácidos grasos vegetales y ácidos grasos omega 3, con origen en el pescado o algas marinas. Por tanto, no pueden considerarse como leche, sino como una bebida láctea que parte de leche desnatada.
Sus proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, incluyendo el calcio, son similares a una leche normal. En cambio el perfil graso es diferente. La cantidad total de grasa es ligeramente superior a una leche semidesnatada. Pero su perfil es más saludable, ya que contiene poca grasa saturada y bastante monoinsaturada, además de los famosos omega 3, ambos más sanos. En cambio, estamos ante un producto menos natural y más caro.
Leche omega 3 Puleva, base de leche desnatada
Vamos a analizar al líder y pionero en esta categoría como ejemplo del sector. Nos centraremos en su referencia principal, llamada Proessentia, un nombre comercial para distinguirla, pero que realmente no significa nada. Nos encontramos con una larga lista de ingredientes que lo alejan de un lácteo natural. La base es un 80% de leche desnatada, a la que se añaden aditivos más o menos saludables.
Ingredientes
Leche desnatada (80%), permeado de leche reconstituido, aceites vegetales (girasol alto oleico y oliva (0,05%)), emulgentes (lecitinas (soja)) y ésteres cítricos de monoglicéridos y diglicéridos), aceite de pescado azul, estabilizantes (citrato tripotásico, trifosfato pentasódico), vitaminas (A, B6, ácido fólico, C, D, E y B12), antioxidantes (extracto rico en tocoferoles y palmitato de ascorbilo), extracto de té verde (0,005%), extracto de uva (0,001%).
Aditivos
Vemos una serie de aditivos que no proceden de un tratamiento natural de la leche o de la misma leche.
- Permeado de leche reconstituido. Se utiliza para conseguir una mejora en el sabor y textura de la leche. Se obtiene mediante un proceso físico en el que a la leche se le retira proteínas y otros sólidos. Por tanto, es un subproducto de la leche que a veces se usa para abaratar la producción. Aunque no es nocivo, no deja de ser un tratamiento industrial adicional. Cabe preguntarse ¿para qué se aplica en vez de dejar una base de leche desnatada más grande?
- Lecitina de soja. Es un emulgente muy utilizado en la industria alimentaria. Permite la combinación homogénea de ingredientes diferentes, en este caso las grasas con la base de leche. No tiene efectos secundarios perjudiciales.
- Ésteres cítricos de monoglicéridos y diglicéridos. Es un emulsionante natural y además antioxidante. En principio no tiene efectos secundarios negativos, salvo en grandes dosis que pueden provocar problemas en el hígado y riñón. Pero no es el caso en este producto.
- Citrato tripotásico. Es un estabilizante que se usa en la industria alimentaria para regular la acidez y como saborizante. En cantidades moderadas no tiene efectos secundarios.
- Trifosfato pentasódico. Es quizás el aditivo que puede presentar más problemas ya que se usa mucho en la industria alimentaria. Es un estabilizante que en grandes dosis puede provocar problemas digestivos e hiperactividad. Y a largo plazo un desequilibrio del calcio y fósforo en el organismo. No es un problema para las personas con dietas basadas en productos frescos, pero podrías serlo en quienes abusan de alimentos industriales.
Omega 3 y otros nutrientes añadidos
Distinguimos ahora, los nutrientes añadidos en esta marca, que son más interesantes en una dieta.
Los expertos recomiendan una ingesta diaria de 250mg de ácidos grasos Omega 3 diarios. Un vaso de Puleva omega 3 de 250 mililitros aporta 137 mg algo más del 50% de las recomendaciones diarias.
Pero una dieta rica en pescado, frutos secos y algunas verduras superan fácilmente esta recomendación.
- Sardinas (ejemplo de pescado azul), 2,6 gramos por 100 g. de producto, o los que es lo mismo 2600 mg de omega 3. Es decir, una ración de 3 o 4 sardinas supera ampliamente la cantidad superior a la necesaria por día.
- Sucede lo mismo con una buena parte de los pescados azules, y en menor medida los pescados blancos. Atún, unos 3 gramos de omega 3, boquerones 2,5 gramos; salmón 1,3 gramos, etc.
- Nueces. 50 gramos aportan más de 3 gramos de omega 3. Otros frutos secos también aportan omega 3, aunque en menor cuantía.
También contribuye a obtenerlo:
- El aguacate.
- La lechuga, espinacas y otras verduras verdes.
- El marisco.
- Algunos aceites como el de lino, soja, o en menor medida el de oliva.
- Algunas semillas como la chía.
Y hay que saber que más que una dosis diaria, debemos hablar de una cierta cantidad por semana. Ya que para que el efecto negativo de no tomar omega 3 se notara, debería de pasar de una a dos semanas sin ingestas.
También se añaden otros nutrientes como una selección de vitaminas, antioxidantes, extracto de té verde y de uva. Más allá de que en algunos casos, sean cantidades ínfimas, nuevamente hay que recordar que una dieta rica en frutas y verduras frescas, contiene todos estos nutrientes de manera natural.
Conclusión
La leche omega 3 se prepara con una base de leche desnatada a la que se añaden grasas saludables omega 3 y ácido alto oleico. Una persona que coma de manera habitual pescado y frutas y verduras, no necesita consumir una leche omega 3. Lo ideal en estos casos es una leche semidesnatada normal. Si es ecológica mejor.