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Lyrica es un medicamento cuyo principio activo es la pregabalina. Forma parte del grupo de fármacos conocidos como anticonvulsivos que sirven para tratar la epilepsia, el dolor neuropático y los trastornos de ansiedad generalizada en adultos. En este artículo te vamos a hablar de estas situaciones y de cómo se pueden controlar con tratamientos.
Lyrica, como otros fármacos similares, requiere receta médica ya que es importante que este tipo de enfermedades sean bien diagnosticadas. Y que el médico proponga un tratamiento no solo frente al dolor y/o los ataques epilépticos. También debe proponer una serie de cambios de hábitos para tratar de controlarlos.
Por últimos no hay que olvidar los efectos secundarios que obligan a un uso cuidadoso. El más común, una sensación de somnolencia y mareos que pueden dificultar las tareas diarias.
¿Para qué sirve la pregabalina?
Los neurotransmisores son minúsculos mensajeros químicos que intercambian las neuronas para pasarse señales e información entre sí o a las llamadas células diana que existen en los tejidos del cuerpo.
Las personas que sufren ataques epilépticos se encuentran con problemas en los neurotransmisores, que no funcionan equilibradamente. Estos provocan una hiperexcitación en la corteza cerebral que puede desencadenar en crisis epilépticas.
Lyrica, o la pregabalina, actúa disminuyendo las señales de los neurotransmisores. Aunque no se conoce exactamente cómo lo hace, inhibe la actividad del neurotransmisor conocido como GABA.
Sucede algo parecido en el tratamiento del dolor neuropático, que suele tener su origen en un mal funcionamiento del sistema central nervioso o de la médula espinal. Y no en las señales de los receptores normales del dolor de los tejidos. De nuevo Lyrica inhibe la transmisión de los neurotransmisores aliviando el dolor, aunque no curando la posible lesión o enfermedad que sea la causa del dolor.
Los síntomas del dolor neuropático son a menudo un dolor intenso y continuo en la zona lumbar o en otras zonas del cuerpo como una pierna. También una hipersensibilidad al roce de la piel y al frío, que se traduce en ocasiones en una sensación de quemazón y hormigueo.
Por último, los trastornos de ansiedad generalizada, llamados por sus siglas: TAG, se producen por una segregación excesiva de serotonina. El fármaco alivia el efecto de los neurotransmisores como la serotonina, si bien es importante conocer el origen último de la ansiedad y atajarla con la ayuda de un psicólogo. Existe toda una serie de hábitos e iniciativas que pueden ayudar a mejorar la salud mental y a prevenir la ansiedad.
¿Cómo se usa Lyrica?
Para entender mejor el uso y las precauciones a tener en cuenta, acudimos a su prospecto informativo, que recomendamos leer antes de comenzar el tratamiento.
En resumen, veremos ¿cómo se consume? Aumentando al inicio de manera gradual la dosificación, y reduciéndola poco a poco al final.
Sus efectos secundarios variados, entre los que son más frecuentes, la aparición de mareos y somnolencia.
O las precauciones, evitando el consumo de alcohol, o en personas con algunas enfermedades, como por ejemplo la insuficiencia renal o los diabéticos.
Variedades y ¿qué aspecto tiene?
Lyrica se comercializa en farmacias en envases con diferente cantidad de su principio activo. Las hay que contienen cápsulas que concentran entre 25 mg hasta 300 mg de pregabalina, con muchas opciones intermedias.
Además, contiene una lista de excipientes, entre ellos lactosa monohidrato y almidón de maíz.
Dentro encontramos unos blísteres con cápsulas duras en tono blanco o naranja-rojizo, o con una combinación de ambos. También existe una solución oral.
Se puede conservar a temperatura ambiente. Y como todos los medicamentos hay que guardarlo fuera del alcance y vista de los más pequeños.
Dosificación de lyrica
Es importante respetar escrupulosamente las recomendaciones del médico sobre las cantidades a consumir y la duración del tratamiento.
Hay que comenzar y retirar el tratamiento de manera progresiva, no de manera brusca. Con dosis que van desde los 150 mg hasta los 600 mg diarios. Esta cantidad se puede ajustar ligeramente cuando se comprueban el efecto que producen, lógicamente se procura que se consuma la menor cantidad posible que resulte eficaz.
Las cápsulas se tragan con un vaso de agua, no hace falta que sea con las comidas. Normalmente por la mañana, y después una o dos veces más durante la jornada. Para no olvidarnos o evitar errores, mejor hacerlo a la misma hora.
Si se olvida una dosis, realice una toma rápidamente y recupere el ritmo normal con las siguientes. Pero eso sí, evitando tomar dos veces la toma en un solo momento.
Si hay una sobredosis se debe acudir a un centro de urgencias rápidamente, especialmente si aparecen síntomas como fuerte somnolencia, agitación nerviosa, estado de confusión e incluso crisis epilépticas.
Al retirar esta medicación, sobre todo si ha habido un tratamiento que ha durado bastantes meses, pueden sobrevenir alteraciones nerviosas, insomnio y otros síntomas variados.
Precauciones
Recordar que es un medicamento para uso exclusivo de adultos, a partir de 18 años.
Hay que alertar al médico si sufrimos alguna enfermedad importante, especialmente de riñón y diabetes. También en caso de embarazo o periodo de lactancia, para que el médico valore el tratamiento y su dosificación.
Existe una lista amplia de posibles efectos secundarios y reacciones del organismo no deseables que se producen en algunos casos. Por un lado, sufrir problemas mentales como insomnio y cambios de humor, irritabilidad, mareos, etc. Por eso no se debe conducir, ni realizar actividades profesionales, ni personales de riesgo cuando se consume.
También puede existir problemas digestivos, calambres musculares y reacciones cutáneas entre otros efectos.
El prospecto indica otras situaciones de precaución como posibles alergias a sus componentes, que incluye lactosa.
