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En los últimos meses se hablan de la mascarilla ffp3 como una de las alternativas más interesantes para protegernos frente a diferentes tipos de partículas. Aunque las mascarillas ffp2 son las más utilizadas para frenar la pandemia, vamos a ver que tenemos opciones aún más seguras.
La pandemia del Covid-19 es sin duda el fenómeno que nos ha habituado al uso de este sistema de protección. Pero existen otros usos donde las mascarillas deben utilizarse. Existen en el mercado numerosas opciones de mascarillas donde elegir, algunas con mayores prestaciones pero también más caras. En otras ocasiones mascarillas reutilizables frentes a las de un solo uso. O mascarillas industriales y mascarillas frente a las alergias respiratorias.
En este articulo te explicamos las ventajas e inconvenientes, de cada una, y analizamos en particular cuando debe utilizarse una mascarilla ffp3.
Principales tipos de mascarillas
La mascarilla ffp3 es el modelo más avanzado entre los modelos filtrantes desechables. Se estima que son capaces de filtrar el 99% de las partículas del aire.
A continuación, presentamos las características de los distintos tipos de mascarillas, comparándolos a las ffp3. Es evidente que en función del problema que queramos evitar y el entorno en que vayamos a estar, unos modelos pueden adaptarse mejor a nuestras necesidades.
Más allá de que existen diversos tamaños, que pueden adaptarse a los niños o adultos, nos apoyaremos en un documento del Ministerio de Consumo, que parte de la siguiente clasificación:
Mascarillas higiénicas de tela
Cubren boca y nariz, para servir de filtro en la respiración. Son adaptables al rostro para reducir las filtraciones en los pliegues de la cara, cubriendo la barbilla y gracias a unas tiras que se sujetan en las orejas.
Su calidad varía dependiendo del tejido utilizado, o el que estén fabricadas con varias capas de tela. La ventaja de las mascarillas de tela es que normalmente son de uso múltiple. Si bien deben cambiarse frecuentemente y lavarse a altas temperaturas para eliminar los restos de virus que puedan permanecer adheridos. El etiquetado debe indicar el número de usos y lavados máximos que pueden realizarse.
A su vez podemos tener mascarillas higiénicas sin especificaciones y con especificaciones. Siendo las más interesantes las que indiquen en su etiquetado que cumplen con les especificaciones técnicas UNE 0064 Y 0065.
Las mascarillas higiénicas sirven de barrera para evitar que las gotas que exhalamos al respirar y al hablar se propaguen de manera significativa. Por tanto, reducen el riesgo de que contaminemos a una tercera persona, sobre todo si existe una interacción al exterior.
Sin embargo, son menos eficaces para filtrar los aerosoles respiratorios, que son las gotitas más pequeñas que propagamos al expirar, con un tamaño inferior a 5 micras, alrededor de diez veces más estrechas que un cabello humano. Estas partículas pueden permanecer suspendidas en el aire durante muchos minutos. Si consideramos un espacio cerrado, las mascarillas de tela no serían recomendables para pasar mucho tiempo.
Mascarillas quirúrgicas
Se trata de las mascarillas de un solo uso. Habitualmente se emplean en el entorno sanitario para evitar la propagación de agentes patógenos por parte de quien las usa, especialmente al toser, estornudar o hablar. Como las anteriores, son adaptables al rostro, para maximizar el filtrado del aire cuando exhalamos.
La duración depende del fabricante, aunque normalmente se deben usar alrededor de 4 horas, o menos si están húmedas o sucias.
El etiquetado debe indicar que el modelo está conforme con la legislación europea, y concretamente con la norma UNE EN 14683 que define su estándar de calidad. Existen dos subtipos en función de la eficacia de filtración bacteriana (EFB), el tipo I o tipo II, que son las más eficaces.
Mascarillas EPI (equipos de protección individual)
Se trata de las mascarillas con más alto grado de protección. No solo para terceras personas, sino también para quien las utiliza, ya que filtran no solo el aire que exhalamos, sino también el que inspiramos.
Existe una norma europea, la UNE EN 149: 2001 que establece los estándares de calidad tanto para usos industriales, como sanitarios y pandemias. El etiquetado debe indicar la referencia a dicha norma, para asegurarnos que el producto cumple el estándar de calidad.
Las mascarillas EPI son normalmente de un solo uso o no reutilizables. Su etiquetado suele indicar NR, frente a la indicación contraria (R). Se subdividen en función de su eficacia de filtración en:
Mascarillas ffp1
Aun siendo mejores que las quirúrgicas, no ofrecen protección suficiente contra los virus como el Covid.
Mascarillas ffp2
Las mascarillas ffp2 se recomiendan para obtener protección contra virus como el Covid, incluso en espacios cerrados, aunque no deben usarse en presencia de enfermos altamente contagiosos. Además de hacer referencia a la norma EN 149, pueden hacerlo a otros estándares internacionales como son los N95, KN95 y P2.
Mascarillas ffp3 homologadas
Aparte de la norma EN 149, las mascarillas ffp3 homologadas, puede hacer referencia a otras normas internacionales, las N99, EN149 y P3. Son las que protegen de manera más eficaz al usuario de los aerosoles más finos que pueden contener Covid, y de otros patógenos muy infecciosos tales como el sarampión y la tuberculosis.
Mascarilla ffp3 y usos industriales o sanitarios de alto riesgo
Hemos visto que las mascarillas ffp2, convenientemente utilizadas, son eficaces para evitar la propagación de virus como el Covid, ¿en qué casos conviene entonces utilizar una mascarilla ffp3?
Las mascarillas ffp3 homologadas poseen filtros con una eficacia del 98 % frente al 92% para las ffp2 y para concentraciones ambientales de hasta 50 VLA, que es un parámetro utilizado para medir los condicionantes químicos del aire.
Evidentemente hablamos de las mascarillas más caras, y las recomendables en situaciones más peligrosas. Primero, en la interacción con enfermos con alto riesgo de infección. Segundo, en trabajos que exijan protección frente a sustancias cancerígenas, madera pulverizada, o partículas muy finas y volátiles como cromatos, cobalto, níquel, e incluso algunos aerosoles radioactivos. Tercero, para uso médico en procedimientos específicos tales como lavado bronco-alveolares, ventilación manual, intubación y operaciones similares.
Otro elemento a tener en cuenta es la posible presencia de válvulas de exhalación, que sirven para evitar que se acumule el aire húmedo y caliente, expulsándolo al exterior. Esto se consigue gracias a la presencia de una membrana que bloquea el aire al inspirar, pero permite la salida del aire al expirar.
Por tanto, las mascarillas con válvulas de exhalación no son recomendables para la protección del Covid, ya que solo protegen al usuario. Pero no a terceras personas, que quedan expuestas a los aerosoles de la persona que porta estas mascarillas.
Las mascarillas ffp2 y las alergias primaverales
Uno de los efectos más interesantes que el uso extensivo de las mascarillas ha provocado es una disminución importante en la incidencia de las alergias ligadas al polen y ácaros. En los casos más graves de pacientes alérgicos, el descenso de reacciones fuertes en la primavera de 2021 es de más del 50% respecto a años anteriores.
En estos casos, mientras que las mascarillas de tela y quirúrgicas, no aportan una protección suficiente, la mascarilla ffp3 no sería necesaria, ya que las mascarillas ffp2 consiguen filtrar un 92% de las partículas superiores a 0,3 micras y la gran mayoría de pólenes, normalmente tienen un tamaño de entre 10 y 200 micras. Como en cualquier otro caso, es importante que se utilicen las pinzas nasales que incorporan para adaptarlas a la forma de la nariz e impedir filtraciones en los pliegues.