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La meditación y el mindfulness hacen referencia a dos prácticas parecidas, pero con diferencias significativas. La meditación tiene un trasfondo cultural oriental, y es el resultado de la acumulación de siglos de práctica. Parte de su esencia es de tipo espiritual. En cambio el mindfulness es una reinterpretación occidental, con un enfoque más funcional de ejercicios de concentración.
Cada uno que conozca estas disciplinas, sabe que tienen un efecto en la percepción de la vida y en conseguir una mayor serenidad. Ayudan a vivir con más paz, en mitad de las tormentas de la vida.
Esta tarde la he pasado en el aeropuerto, donde siempre aprovecho para hacer ejercicios de meditación mindfulness. Pero la experiencia ha sido diferente y me ha hecho reflexionar sobre la manera subjetiva que tenemos las personas de interpretar la realidad, para bien, o para mal… Ahora me explico.
Overbooking, tensión y meditación
Esta mañana no tuve tiempo de sacar las tarjetas de embarque hasta el último momento para mi vuelo Madrid París. Las descargué sin fijarme en nada y salí justo de tiempo, pero confiado en llegar a tiempo.
Al llegar a la terminal localicé la puerta de embarque y corrí. Apenas quedabn una docena de personas en la fila de embarque. Entonces me fijé en el asiento indicado en la tarjeta y un enigmático mensaje me inquietó SBY ¡Sorpresa! Al llegar mi turno la empleada me pidió que me colocara a un lado, junto a otros cuatro pasajeros. Resultó que todos eramos víctimas de esa mala práctica de las líneas aéreas llamada overbooking.
El primer impulso al saber lo que pasaba fue de inquietud y tensión. Mis dos hijos menores me esperaban con una cuidadora y su madre había partido de viaje. No pude evitar una sensación de rabia y alguna palabra de protesta subida de tono, a unos empleados que poco podían hacer. Pero, enseguida, dos o tres respiraciones profundas me llevaron a la calma y a darme cuenta de lo exagerado de la reacción. En realidad este pequeño contratiempo no tenía ninguna importancia y podía gestionar una solución para el cuidado de mis hijos.
Hace dos años que hago ejercicios de meditación y mindfulness casi todos los días. Mi hija mayor, psicóloga, me lo recomendó y le estoy muy agradecido. Lo noto cada día. Antes mi reacción hubiera sido de rabia incontrolada y seguramente, sin ser consciente, habría sufrido una pequeña subida de la actividad cardiovascular y de presión arterial. En cambio, en unos segundos llegué a la calma, e incluso, a una interpretación positiva de lo que estaba pasando…
Jasmine y Stéphanie
La gestión del cambio de billetes fue caótica. Pero de manera natural nos aunamos tres de los damnificados, Jasmine, Stéphanie y yo mismo. Mal orientados por una persona de la compañía, esperamos en frente de unos mostradores de la compañía junto a la zona de recepción de maletas. Allí se colaban otros pasajeros prioritarios, hasta que tras media hora fuimos atendidos…. Para decirnos que ellos no iban a solucionar este problema y que debíamos subir dos plantas, hasta el mostrador de la zona de salidas.
Cambiamos de lugar arrastrando maletas y abrigos. Nos encontramos con otra oficina y una cola muy larga. Así que intentamos inutilmente ser atendidos en el mostrador business, que prácticamente estaba vacío. Tras casi una hora y algún vuelo opcional que perdido, se nos recolocó en uno de los últimos vuelos de la jornada.
La última prueba de paciencia fue una gran saturación en el controlde seguridad. Nuevamente hubo que correr para alcanzar la puerta de embarque.
Pero ¿qué sentí tras esas cinco horas permaneciendo en pie o deambulado desorientados por los pasillos? … Sinceramente, una tarde «perdida» con dos desconocidas con las que compartimos risas, muecas y bromas. Una pequeña tormenta, metáfora de otras más importantes de la vida, encaradas como una aventura.
El sufrimiento es distinto que el dolor. Este último es una reacción física o mental hasta una lesión o herida. En cambio, el primero, es la interpretación que hacemos de lo que nos pasa. La meditación o el mindfulness, nos ayudan a entender esa diferencia y a elegir una interpretación positiva de la realidad. Ya en casa, me siento agradecido a Jasmine y Stéphanie, mis dos queridas desconocidas, por el tiempo pasado juntos.
Meditación Mindfulness en el aeropuerto
Aprovecho esta anécdota para animar a aprovechar los trayectos para estos ejercicios.
Por razones familiares y de trabajo, viajo mucho en avión. Y he descubierto, que como en el metro o el autobús, son lugares donde es posible aislarse y hacer ejercicios de mindfulness. Normalmente lo hago al sentarme y antes del despegue durante unos 20 minutos. Cierro los ojos, me coloco en una posición de meditación y me concentro en mi respiración y en mi cuerpo. También doy gracias por lo que he vivido ese día y por la genial oportunidad que la tecnología nos da, para abarcar miles de kilómetros en pocas horas.