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Cuando pensamos en un postre elaborado en España o en Europa, nos vienen a la cabeza productos lácteos, como yogures, natillas, cremas de chocolate, etc. o productos de repostería con harina y huevos, almendras, etc. Frente a estos referentes, el mochi es algo transgresor, una propuesta totalmente inusual de postre, normalmente a base de harina de arroz y azuki.
En este post te explicamos por qué el mochi está de moda, su origen, en qué consiste y cuál es su valor nutricional. Y veremos cómo el azuki, o pasta de judías rojas o fríjoles, es curiosamente muy utilizada en la repostería local, no solo para preparar mochi.
El mochi y los postres japoneses
Debemos reconocer que la cocina japonesa se ha convertido en una de las grandes corrientes internacionales. ¿Quién no conoce el sushi? ¿O quién no ha oído hablar del té matcha? Simplemente por poner dos ejemplos de la creatividad, y del uso de ingredientes y materias primas de interés.
Si a la delicadeza de estos platos unimos el hecho de que Japón es el país con la mayor longevidad del mundo, el interés es aún mayor. Bien es cierto, que en esta selecta lista de gente saludable, siguen de inmediato los países que tienen como referente la dieta mediterránea.
Dentro de los postres japoneses existen bastantes variedades, entre las que destacamos:
- Mizu yokan. Primer ejemplo del uso de azuki, que admite como variedad otra pasta similar de judías blancas. Tiene una forma gelatinosa presentada en forma de bloques cúbicos que se consumen fríos.
- Dorayaki: para los que tengan hijos jóvenes, ¡el dulce preferido del tierno Doraemon! Se trata de dos tortitas redondas y tipo bizcocho, que se rellenan nuevamente de azuki, la pasta azucarada de judías rojas. La mayoría de ingredientes son comunes con nuestra gastronomía: huevos, azúcar o miel, harina, levadura y aceite vegetal.
- Mamekan. Un postre sencillo con base de agar-agar, azúcar y judías negras. En la cultura nipona no pueden faltar los derivados de algas. Efectivamente, el agar-agar se obtiene de tejidos de determinadas algas.
- Dango con salsa mitarashi. El dango son unas llamativas bolas de masa de harina de arroz endulzadas e insertadas en unas brochetas de bambú. El mitarashi salsa de soja, azúcar y fécula de patata.
Consumo de mochi en la cultura nipona
Aunque los mochis estén muy extendidos y podamos encontrarlos en casi cualquier restaurante japonés, su uso original estaba asociado a momentos festivos. Ya fueran celebraciones familiares como un nacimiento o una boda, como jornadas festivas como el año nuevo.
En estos casos la elaboración es tradicionalmente casera y se preparan con un día de antelación. Se hierve el arroz para conseguir una masa aglutinada. Después, con la ayuda de un mortero se machaca. Así se consigue que quede una masa lisa y elástica, que se mezcla con harina y azúcar para crear una especie de malla que recubrirá el mochi.
En cuanto al relleno, se elabora con judías rojas, que, en el proceso de cocción con almíbar, se vuelven algo dulces. Después se baten para llegar a la textura del relleno.
Helado de mochi
Una de las variedades de mochi que más están presentes en los restaurantes japoneses de medio mundo es una reinterpretación del producto original. Nos referimos a un helado de mochi, en el que el relleno es un helado elaborado a partir de leche y nata, con variedades clásicas de helados. Fresas, pistachos, vainilla e incluso chocolate.
Una verdadera fusión de cocinas occidentales y orientales, puesto que la leche de vaca, no es un producto de la cultura clásica japonesa. Y es que la fuente de calcio de su dieta proviene de las algas y del sésamo.
Mochi, información nutricional
Como cualquier postre, la presencia del azúcar es lo que más marca el perfil nutricional de este producto. Cada bola pesa unos 50 gramos, o un poco menos, por lo que si se consume con moderación, una sola bola de postre, es bastante razonable.
También existe una pequeña cantidad de proteina y de fibra, de origen vegetal, tanto de las judías como del arroz.