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En determinados foros se ha querido bautizar este concepto como la palabra más bonita del mundo. Hablar en estos términos nos parece algo pretencioso, pero qué duda cabe que la filosofía que se esconde detrás del concepto nankurunaisa es hermosa.
Se trata de un mantra que los japoneses de Okinawa se repiten a sí mismos o desean a los demás, para transmitir la idea de la paciencia, ya que “el tiempo pone todo en su sitio”.
Ansiedad y depresión en el mundo
Los estudios de la OMS estiman que alrededor del 8% de la población mundial sufría un trastorno depresivo o de ansiedad antes de la pandemia. Por desgracia, estos indicadores han aumentado tras los dos últimos años de alteración de los estilos de vida por la Covid-19.
En el caso de la depresión, cualquier persona es susceptible de sufrirla. Aunque el riesgo es mayor en personas con bajos ingresos, en desempleo, que consumen alcohol y otras sustancias aditivas en exceso, en mujeres y en personas más mayores. También lógicamente cuando se sufren los avatares de la vida, tales como una ruptura con la pareja o la pérdida de un ser querido.
Respecto a la ansiedad, es un mal que aqueja algo más a las personas de edad media, a mujeres y a los países occidentales (Europa y América). El crecimiento de este trastorno deriva de nuevos estilos de vida como el multitasking, o la presión por realizar numerosas actividades al mismo tiempo.
No deja de ser destacable, que, en ambos casos, la región del mundo menos afectada en términos relativos, sea el Pacífico occidental, o los países del extremo oriental. Cabe preguntarse, si existen elementos culturales que les protegen en mayor medida de la enfermedad mental. La actitud “nankurunaisa”, es sin duda alguna, un ejemplo de lo que están haciendo mejor que en occidente.
Okinawa, la tierra del nankurunaisa
Okinawa fue el escenario de una de las batallas más cruentas de la segunda guerra mundial en el Pacífico. Sin embargo, hoy es conocido por otras razones más amables. En este hermoso archipiélago al suroeste de las principales islas de Japón, se alcanzan las mayores tasas de esperanza vida mundiales. Y los investigadores que han tratado de entenderlo han concluido que, si bien existen factores genéticos que puedan estar ayudando, existen condicionantes ambientales que ayudan a alcanzar grandes cuotas de salud integral.
Por un lado, una dieta ligera, con abundante pescado, frutas y verduras, siendo las algas una parte interesante de fuentes de nutrientes. Aún así, se permiten el consumo de alcohol o el de carne de cerdo.
Segundo, se trata de una comunidad rural que practica el ejercicio de manera habitual para desarrollar sus labores, ya sea en el campo o en la mar. Incluso las personas mayores se suelen mantener activas, realizando trabajos para su comunidad.
Y, por último, aquí viene lo interesante, un estilo de vida apacible, bastante más relajado que el de otras zonas de Japón y agradecido hacia la vida. Una filosofía de aceptación de los acontecimientos y de despreocupación hacia la adversidad. Este es justo el significado de nankurunaisa.
Nankurunaisa, la importancia de la actitud vital
Esta palabra muy antigua, nació en Okinawa. Viene a significar algo así como “el tiempo lo cura todo”, “el tiempo pone todo en su sitio” o ante problemas en la vida, “todo pasará”.
Pero no es una actitud ingenua ante las adversidades. No se trata de negar las amarguras que, en cierto momento de la vida, nos golpean con dureza. La idea tiene que ver con una actitud positiva y de esperanza. Algo así como “Vive con plenitud el hoy y el mañana”, «no te angusties más de lo necesario y sonríe por dura que haya sido tu jornada». Y es que mañana volverá a amanecer un día brillante.
Los psicólogos han constatado, que este tipo de actitud, cuando se interioriza, es clave para salir de una situación de ansiedad o depresiva. Además, en personas sanas, para ser más felices. Y es que en nuestro estado mental influye mucho más la percepción de la realidad, que los hechos objetivos de la realidad.
Y la experiencia nos enseña, cuando analizamos con profundidad nuestro pasado, que la gran mayoría de nuestras preocupaciones pasadas no tuvieron ningún sentido. Puesto que o bien no se cumplieron nuestros temores, o bien, si se cumplieron, supimos salir y superarlos. Así pues, repítete a ti mismo, nankurunaisa “Al fin, todo estará bien”.