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Cada vez hay más personas que ante un dolor de espalda, o una lesión o carga muscular se planteen la posibilidad de acudir a un osteópata o a un fisioterapeuta. En este artículo te explicamos la diferencia entre estás prácticas sanitarias y abordamos el mundo de la osteopatía.
Definimos al osteópata como un especialista sanitario de las técnicas de osteopatía, que se enmarca dentro de los que conocemos como “medicina tradicional”. Es decir, la suma de conocimientos, prácticas y técnicas, que diferentes culturas y civilizaciones han acumulado a lo largo de la historia para mejorar la salud. Y que ha sido reconocida por la OMS.
La medicina moderna se basa en cambio, en la ciencia y en la comprobación empírica. Evidentemente está reconocida como la base para tratar todos los temas relacionados con la salud. Esto no quita, que, durante el último siglo, se investigue y se acepte la evidencia de que la medicina tradicional, incluyendo la osteopatía, puede obtener resultados tangibles para mejorar o prevenir la salud.
La osteopatía para la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está considerada por la comunidad científica como la promotora de los programas que mejoran la salud a nivel mundial.
Este organismo reconoce el valor del osteópata y de sus técnicas. En el sector es muy conocido su informe que analiza y compara algunas de las herramientas de la osteopatía y reconoce su valor sanitario. Se publicó en 2010 con el título «WHO Benchmarks for Training in Osteopathy«. En el mismo, se acredita la osteopatía como una práctica sanitaria de primer nivel.
A partir de aquí diferentes organizaciones internacionales como la UE, y numerosos países occidentales, como EEUU, Francia, Reino Unido, Italia, Portugal, etc. han reglamentado esta actividad. Es el único camino para asegurar la formación y preparación del osteópata, evitar el intrusismo y dar seguridad al paciente. En este sentido, resulta decepcionante que España no haya abordado todavía una reglamentación de la osteopatía.
¿Qué hace un osteópata frente a un fisioterapeuta?
Existe una cierta confusión entre la osteopatía y la fisioterapia, al ser prácticas cercanas.
Para empezar, en España la fisioterapia está reglamentada y reconocida por el Sistema Nacional de Salud, a diferencia de la osteopatía.
Tantos unos como otros, tratan de aliviar el dolor y las tensiones acumuladas en los músculos, huesos y articulaciones, con técnicas manuales similares. Pero tal como está actualmente definida la fisioterapia en España, tiene una capacidad de diagnóstico y de tratamiento más amplia.
El osteópata aplica una serie de técnicas manuales que se inspiran en la medicina tradicional. Su principio es que existe un equilibrio en el cuerpo humano que, por tensiones mentales o por malas prácticas corporales, se puede perder. Desde la tradición y experiencia acumulada, se aplican una serie de técnicas manuales que ayudan a recuperarlo de manera natural.
La fisioterapia es más amplia en el uso de técnicas, ya que utiliza aplicaciones de frío y calor sobre la piel. También usa chorros de agua, luz e incluso electricidad y aparatos de ultrasonidos, para aliviar el dolor, reduciendo las inflamaciones que afectan a las articulaciones y tejidos musculares.
El principio de la estructura corporal para el osteópata
Dados sus principios holísticos, la osteopatía considera que existe una unidad interrelacionada entre diferentes estructuras corporales. Hablamos del conjunto del cuerpo, la estructura muscular, el sistema óseo incluyendo el craneal y el conjunto visceral. Así, cuando mejoramos el estado de cada uno de estos sistemas, mejora la salud general del paciente.
Las técnicas de osteopatía son las siguientes:
Masoterapia (de manera común con la fisioterapia). Conjunto de técnicas de masajes que se aplican sobre la estructura del cuerpo. Es decir, los tejidos blandos del cuerpo humano, ya sean los músculos, tendones, ligamentos o los tejidos conectivos. Mediante masajes se realizan distintos tipos de movimientos y grados de presión para trabajar la movilidad del sistema músculo esquelético y la biomecánica articular. Asimismo, se recomiendan y analizan las posturas del paciente cuando se está sentado trabajando, cuando se camina o en cualquiera otra actividad física.
Técnicas viscerales: hablamos de las técnicas de osteopatía para restablecer el equilibrio del sistema visceral. Esta cuestión es relevante ya que cuando sufrimos una dolencia visceral, como puede ser una úlcera de estómago o un síndrome de colon irritable, los tejidos que las rodean pueden tensarse. Esto produce dolor y puede afectar a otros sistemas musculares e incluso óseos.
Osteopatía craneal. En este caso los masajes se concentran sobre las articulaciones y huesos del cráneo, de manera suave y no invasiva. El principio es que su relajación está ligada a la del sistema nervioso central.
La práctica del osteópata en EEUU
En Estados Unidos de América, la práctica de la osteopatía está plenamente reconocida y reglamentada. De hecho, para poder practicarla hay que acreditar un título de médico osteópata. Esta titulación es muy exigente e incluye, como para para los médicos tradicionales, formación en residencias y diferentes especialidades. El rango de tratamientos es muy variado y va desde la masoterapia, hasta la manipulación de la columna vertebral.
Como consecuencia de este sistema, los pacientes reconocen y utilizan la osteopatía con total naturalidad.
La osteopatía en la UE
La Unión Europea reguló la práctica osteópata a través de la norma 16686/2015, publicada a finales de 2015. Se elaboró por el “Comité Europeo de Normalización (CEN)” a partir del informe ya mencionado de la OMS de 2010.
La UE reconoce la Osteopatía como disciplina sanitaria de primera intención; lo que significa que puede aplicarse directamente en un paciente, sin que tenga que venir derivado de otro profesional sanitario. Además, la independiza de la fisioterapia, que tiene otra norma.
Esto permite una definición clara de la actividad y una regulación de aspectos fundamentales como la formación que acredite a los sanitarios del sector. Unos estándares sanitarios y de seguridad para el paciente. Una clasificación y definición de los tratamientos, y, en definitiva, una aclaración de todo el marco que rodea esta práctica médica.
Es interesante que, a partir de esta normativa, una seria de países europeos desarrollaron su propia normativa, completando u adaptando la norma europea. Es el caso, por ejemplo, de Francia, Italia, Portugal, Dinamarca, Finlandia, Reino Unido, etc. Pero no el de España, como ahora veremos.
La osteopatía en España
En nuestro país, según la Organización Colegial de Osteópatas de España (OCOE) falta una normativa clara de regulación.
El Boletín Oficial del Estado Español (BOE) de 21 de enero de 2016 publicó la Norma Europea EN 16686:2015 sobre la asistencia sanitaria en osteopatía. Pero posteriormente no ha realizado ningún desarrollo o adaptación a nuestro sistema sanitario.
Como consecuencia existe una cierta confusión en las prácticas y un problema de definición del perfil sanitario profesional del osteópata. Así aparece el intrusismo y se permite que personas con poca formación puedan reivindicar esta práctica. Como una pescadilla que se muerde la cola, los pacientes tienen poca confianza y el uso de la osteopatía se reduce. Así perdemos una oportunidad de aliviar la presión sobre el saturado Sistema Nacional de Salud.