Tabla de contenido
Las patatas fritas o papas fritas en Canarias y Latinoamérica, son el acompañante más habitual de carnes y otros platos. En este caso un poco de verde, en forma de ensalada clásica de lechuga, tomate y cebolla puede ser otro buen acompañante.
Aunque parecen sencillas, es fácil comete errores que las dejen grasientas o con una textura blanda poco apetecible. Por eso vamos a mostrar cómo hacer patas frutas crujientes. Esas ligeramente suaves y tiernas por dentro, pero con una corteza que cruje en la boca al masticarlas y que están tan ricas.
¿Cómo hacer patatas fritas?
Preparar patatas fritas crujientes y en su punto no es difícil. Vamos a ver qué trucos hay.
¿Qué patatas escoger?
Existen distintos tipos de patatas, en general aquellas con menos contenido en agua son más adecuadas para freír. En el mercado se ofrecen estas variedades y cuando las compremos debemos asegurarnos que estén enteras, sin rozaduras y compactas.
¿Cómo cortar las patatas?
Existen algunos moldes y mandolinas que facilitan el corte homogéneo de patatas en tiras.
Si no, usemos un cuchillo bien afilado y comencemos cortando rodajas de menos de un centímetro, más o menos homogéneas. Después las apilamos y procedemos a cortarlas en tiras homogéneas y alargadas también de un centímetro o algo menos, de ancho.
Dejarlas al remojo
¡He aquí uno de los trucos para que queden más sueltas! Dejamos las tiras de patatas en remojo en una bandeja con agua tibia durante unos 10 minutos. Parte del almidón de la patata se diluye en el agua, quedando menos pegajosas. Así evitamos que se apelmacen al freírse.
Con una escurridera nos aseguramos de retirar toda el agua. Incluso las envolvemos después, en papel de cocina para evitar que “salten” mientras se fríen.
¿Qué aceite usar para las patatas fritas?
Estamos ante un gran debate que tiene que ver con los gustos de cada zona. Mientras los anglosajones optarán por un aceite de girasol o de colza, los mediterráneos tenemos la suerte de contar con el aceite de oliva. Aunque si queremos unas patatas con un sabor más neutro, el aceite de girasol también es saludable.
Más allá de la cuestión del sabor, hay que recordar que el aceite de oliva está considerado como aquel que mejor resiste las altas temperaturas de fritura y emite menos acrilamida. Es decir, es más sano también cuando se fríe.
No hace falta usar un AOVE para freír, aunque si el presupuesto lo permite siempre será más rico. Un aceite de oliva normal nos puede servir. Incluso el aceite de orujo de oliva es una buena opción y más económico.
El último consejo sobre el aceite es no usarlo más de dos o tres veces para freír. Es una cuestión de sabor y de salud, volvemos a recordar el riesgo de producción de acrilamida. Después lo dejamos enfriar y lo tiramos en un contenedor correspondiente. O en la basura dentro de un tarro de cristal con su tapadera.
¿Cómo freír patatas fritas?
Llegamos a otro de los momentos claves ya que hay freírlas en dos fases.
Si usamos una freidora, la precalentamos a 140 C y echamos las patatas.
Si usamos una sartén, que sea profunda. La preparamos con abundante aceite que cubra las papas. Cuando veamos que está lista a fuego medio, vertemos cuidadosamente las patatas con una espátula, para no manchar.
En ambos casos dejamos que se frían a 140 aproximadamente y durante 7 u 8 minutos. Las extraemos y filtramos con una escurridora al tiempo que aumentamos la intensidad del calor a unos 180 grados. O fuego alto en sartén. Volvemos a freírlas por segunda vez. El choque de temperatura hará que se doren rápidamente, unos 4 o 5 minutos. Apagamos el calor y las sacamos en una escurridora para que suelten aceite.
Reposo y sal
Sobre una bandeja grande con papel de cocina, echamos las patatas escurridas, para que el papel continúe absorbiendo aceite. Al ser amplia la bandeja podemos esparcirlas y colocarlas sueltas. Es el momento de echar la sal con moderación y esperar a que estén a una temperatura adecuada para disfrutarlas.
Patatas fritas al horno
Otra opción que hemos explicado en otro artículo, son las patatas fritas al horno, o simplemente las patatas al horno.
Junto a las patatas cocidas, al vapor o salteadas, son otras opciones para cocinar
Patatas fritas calorías
Lógicamente las patatas fritas son más calóricos que las patas cocidas a al vapor. Por eso debemos evitar consumirlas con demasiada frecuencia. Veamos un resumen de calorías según la manera de cocinarlas:
- Patatas fritas, alrededor de 270 y 300 kcal por 100 gramos de producto final.
- Patatas salteadas. Alrededor de 140 kcal por 100 gramos de patata.
- Patatas al horno. Aproximadamente 110 kcal por 100 gramos.
- Patatas cocidas. Alrededor de 80 kcal por 100 gramos.
- Patatas al vapor. Alrededor de 70 kcal por 100 gramos.
Patatas fritas al microondas
Son una opción interesante para sustituir la primera de freidura que hemos explicado anteriormente.
En este caso una vez lavadas, remojadas, cortadas y secas, las colocamos en un bol para microondas. Echamos un ligero chorreoncito de aceite y tapado con un plato, las calentamos a potencia media durante unos 4 o 5 minutos.
Las pinchamos para comprobar que estén ligeramente tiernas y pasamos a freírlas en aceite en la segunda fase rápida de 180 grados.
Es una manera de aligerar la cantidad de calorías y que estén menos grasientas.
Patatas fritas en freidoras de aire
Para terminar, si queréis saber cómo preparar patatas fritas en freidoras de aire, os dejamos un enlace donde hablamos de esta manera de cocinar.
Se trata de una tecnología de corrientes de aire muy calientes, que permiten cocinar sin aceite. logicamente con menos calorías, pero renunciando al sabor típico.