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Aunque resulte sorprendente, la piel es un órgano más del organismo. De la misma manera que por ejemplo el corazón o el hígado, la piel constituye por sí misma un órgano unitario, el más grande de nuestro cuerpo. Posteriormente hablaremos de sus funciones, pero qué duda cabe de que también cumple una función estética.
La ciencia ha avanzado mucho en su conocimiento, vamos a repasar algunos consejos para su salud. También, si quieres saber más, tenemos una recomendación, entra en farmalemon.es
Función de la piel
La piel es nuestro primer órgano en contacto con nuestro entorno físico. No es casual que los bebés que son acariciados con amor, desde sus primeros días de vida, crecen más sanos y seguros.
La piel es un órgano vivo que cumple varias funciones y que se regenera continuamente. Lógicamente se ve afectado por el transcurso del tiempo, y las arrugas son una de las señales de su envejecimiento natural. Pero aún así, es más fuerte de lo que pensamos y nos ayuda con las siguientes funciones vitales:
- Transmisión e intercambio de información con nuestro entorno: este es el rol del sofisticado sistema de receptores sensoriales, con sus correspondientes terminaciones nerviosas. La piel es el vehículo de uno de nuestros sentidos más importantes, el tacto. La información que recibimos no es sólo de tipo fisiológico: ¿cuál es la temperatura exterior? ¿hace frío, calor, hay humedad en el ambiente? También nos avisa a través del dolor, de lesiones o peligros a evitar. ¡Y cómo no!, nos transmite información emocional, a través de la piel sentimos placer, cariño, acompañamiento.
- Función estética: Una de las informaciones que la piel transmite a los demás, es acerca de nuestro estado de salud. De manera inconsciente, cuando nos encontramos con alguien con un buen aspecto físico y una piel saludable, nuestro cerebro construye una imagen positiva. Por el contrario, podemos llegar a sentir que otra persona tiene problemas de salud a través del aspecto deteriorado de su piel. Y exactamente del mismo modo, cuando nuestra percepción de nuestra piel en un espejo, nos agrada, de manera inconsciente, nos hace sentirnos más seguros.
- Función defensiva ante agentes patógenos: En el exterior de nuestra piel habitan numerosos patógenos como bacterias, virus, u hongos. Cuando tocamos objetos, animales u otras personas, estos patógenos se transmiten. La piel está sólidamente construida en varias capas que impiden la entrada de estos organismos.
- Protección ante las inclemencias del ambiente. Las principales agresiones que podemos sufrir del entorno provienen del sol, cuando la exposición es excesiva, y de la contaminación ambiental. La piel es una barrera física que nos protege de estos elementos.
- Función metabólica: cuando tomamos el sol con moderación, la piel es capaz de sintetiza la vitamina D, más concretamente, la vitamina D3. Efectivamente la acción de los rayos solares estimula la segregación de esta vitamina, con la ayuda también de unos compuestos derivados del colesterol. Se trata de una vitamina importante, con numerosas funciones de ayuda en acciones metabólicas en las células y facilita la absorción de algunos minerales, como el calcio.
- Regulación de la temperatura corporal y homeostasis: la piel tiene mecanismos, el más visible, el sudor, que regulan la temperatura corporal.
Consejos para la salud de la piel y la prevención de las arrugas
Todo el mundo ha oído alguna vez la expresión “bello por dentro y por fuera”. No es casual, la salud y belleza de la piel dependen en gran medida de nuestro estado mental y de nuestra paz interior. La ansiedad y el estrés son dos de los peores enemigos de nuestra piel, ya que numerosas personas somatizan el sufrimiento, por ejemplo con la aparición de eczemas.
A continuación, enumeramos las principales recomendaciones para prevenir y mitigar la aparición de arrugas en la piel:
- Reduce tu nivel de fatiga y de estrés. Como acabamos de comentar, estos estados de ánimo erosionan la salud de la piel, ya que provocan efectos inflamatorios.
- Descansa y duerme las horas que tu organismo necesita. La mayoría de personas adultas precisan de 7 a 8 horas de sueño para que su organismo se encuentre plenamente descansado. Esta es una regla que también afecta a la piel. Vigila tu interacción con pantallas a partir de las diez de la noche, inhiben la segregación natural de melatonina, la hormona del sueño.
- Protégete del exceso de sol. Hablamos de uno de los principales factores para la aparición de las arrugas. Adapta tus hábitos según las estaciones del año. Procura evitar las actividades exteriores en las horas centrales del día durante el verano. Normalmente la exposición a la luz exterior, a la sombra, es suficiente para la segregación de vitamina D. En cambio, podemos exponernos un poco más en invierno. Acude a una farmacia cuando lo necesites, para adquirir un buen protector solar, en los países de la cuenca mediterránea es un buen aliado durante la mitad del año.
- Sigue las recomendaciones de una alimentación sana y equilibrada. Las vitaminas, minerales, antioxidantes y determinados ácidos grasos presentes en frutas, verduras o pescados grasos, juegan un papel esencial en la salud general, pero también en el de la piel. Por el contrario, los alimentos procesados, con grasas saturadas y alto contenido en azucares son enemigos de tu piel.
- Deja de fumar. Sabemos el tabaco tiene un impacto directo en la salud cardiovascular y en el sistema respiratorio. Por desgracia también afecta otros aspectos de nuestra salud, incluyendo el de la piel, favoreciendo la aparición de arrugas.
- Hidrata tu piel y aplica los tratamientos farmacológicos que ayudan a manterner tu piel sana. Las cremas de buena calidad o los tratamientos exfoliantes, debes ser hábitos regulares para cuidar tu piel.