Tabla de contenido
Como padre de cinco hijos, sé lo importante que es un embarazo para una pareja, y por supuesto, para una mujer. Lejos de la imagen de “retiro”, que a veces se transmite de la mujer cuando está embarazada, esta puede ser una fase de nuevas actividades y descubrimientos. El pilates para embarazadas es una interesante actividad, que se puede adaptar a cada momento de la gestación para ayudar a disfrutar de esta etapa y para reforzar el sistema muscular.
Pilates y embarazadas, ¿cómo practicarlo?
Debemos aprovechar las primeras visitas sanitarias de control del embarazo, para preguntar al médico si no tenemos contraindicaciones para practicar pilates para embarazadas. Lógicamente se deberá de evitar en casos de embarazos de riesgo. También en casos en que la mujer tiene una insuficiencia cardíaca, hipertensión o enfermedades serias.
Un buen número de gimnasios y centros de pilates también cuentan con profesionales que nos pueden orientar y cursos adaptados para esta etapa. Y es que puede ser una práctica suave, incluso para realizar en los últimos meses de gestación sin riesgo para el bebé ni para la futura madre.
Un buen consejo es que la pareja se incorpore también a los ejercicios y acompañe a la mujer embarazada para vivir juntos esta experiencia.
¿Cómo adaptar el pilates durante el embarazo?
Existen cambios físicos y hormonales que hacen que las mujeres que aman el deporte, deban adaptar su actividad física, incluyendo la práctica de pilates para embarazadas.
Durante el primer trimestre suele haber un periodo físicamente complicado. Es habitual sentir nauseas, ardores de estómago, crecimiento del pecho y cansancio. En la medida de lo posible hay que dormir lo que el cuerpo pida y si se tienen ganas realizar una actividad física suave que nos relaje. Es un momento delicado para la implantación del feto, por tanto, no se debe forzar el ejercicio.
En el segundo trimestre volvemos a una cierta normalidad y las molestias más importantes suelen desaparecer. El vientre empieza a dilatarse por la presión del útero y se gana peso. Hay pues riesgo de coger malas posturas y sufrir dolores de espalda y cuello. Es un momento ideal para ejercicios físicos que fortalezcan la musculatura como el pilates. Pero también ejercicios aeróbicos, como marchar a buen paso, para facilitar el tránsito intestinal.
Ya en el tercer trimestre, se siente una mayor pesadez en todo el cuerpo, que se prepara para el momento del parto. Es un momento, para con la ayuda de un especialista, adaptar el ritmo del pilates para que nos siga ayudando a descansar, a sentirnos bien y a preparar la recuperación pélvica y del abdomen tras el parto.
Beneficios del pilates embarazadas
Estamos ante una práctica recomendable para este público, por varias razones.
- Fortalece la espalda y otras partes del cuerpo que sufren presión. Por tanto, previene o alivia los posibles dolores que puedan aparecer y mantiene la movilidad de las articulaciones y grupos musculares.
- Ayuda con los ejercicios de respiración, tan útiles para las últimas fases del embarazo y para el parto.
- Contribuye a mantener una buena circulación sanguínea, lo que ayuda a prevenir o reducir la habitual aparición de varices.
- El tipo de ejercicio asociado y adaptado, ayuda a fortalecer y así recuperar posteriormente, el suelo pélvico y la dilatación abdominal.
- Ofrece la posibilidad de socializar y conocer a otras mujeres o parejas en la misma situación. Y a mantener conversaciones que no siempre giren alrededor del embarazo, sino a la práctica del ejercicio.
¿Y después del embarazo?
Los días y semanas inmediatamente posteriores al parto deben estar dedicados a recuperarse y a adaptarse a momentos de intensas emociones. Pero también momentos de interrupciones en el sueño y cambios hormonales que pueden alterar fuertemente el estado de ánimo.
Por otro lado, justo antes del parto, el cuerpo segrega una hormona llamada relaxina, que relaja el útero, pero también la elasticidad de las articulaciones. En suma, no es el momento de hacer ejercicio en un gimnasio sino más bien de pequeños paseos al exterior.
El cuerpo es sabio y debemos escuchar sus señales para saber cuál es el momento de retomar el ejercicio. Y por supuesto en ese caso, el pilates es muy recomendable para recuperar tono muscular, incluyendo la zona abdominal y el suelo pélvico. También para general hormonas como la endorfina, la dopamina o la serotonina, que nos ayuden a sentir bienestar. Y finalmente para darnos un pequeño respiro, con la ayuda de nuestras parejas, de la fuerte dedicación de tiempo que exigen los bebés más pequeños.