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Los pimientos de Padrón son una de las variedades más conocidas de pimientos. Relativamente pequeños, pero con fuerte carácter. Existe un dicho popular que los define bien: “Pimientos de Padrón, unos pican y otros no”. Es decir, más allá de que todos estén ricos, algunos ejemplares pican fuertemente en la boca, por lo que conviene tener alguna bebida fresca a mano.
El responsable de ese picor es una sustancia conocida como capsaicina, que curiosamente tiene propiedades nutricionales y preventivas muy interesantes. Desde una acción antioxidante hasta la prevención de algunos tipos de cancer o un menor riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad.
Se pueden degustar fritos o a la plancha, que son los dos modos de apreciar mejor su intenso aroma y sabor.
Pimientos origen
Los pimientos se asocian a las huertas de los países latinos. Existen múltiples platos en España, Portugal, Italia, Grecia o Marruecos, en los que adquieren un papel preponderante. Sin embargo, todos ellos son originarios de la región conocida como Mesoamérica, que se corresponde aproximadamente con la Centroamérica actual.
Inicialmente plantas silvestres que dabas frutos amargos y picantes, algunas civilizaciones locales los domesticaron seleccionando las variedades más suaves. Así, empezó un lento proceso que comenzó en el cuarto milenio antes de Cristo.
Cuando Cristóbal Colón realizó su primer viaje a América, transitó por las islas de Guanahani, actual San Salvador, en las Bahamas. Cuba y La Española (actualmente la isla que comparten la República Dominicana y Haití). En todas recopiló las semillas de los productos que le parecieron más interesantes para mostrarlas en su viaje de regreso. Entre ellas trajo las del pimiento, confundidas con una variedad de pimienta, que era una especie muy apreciada en Europa. Sin saberlo, traía una de las verduras más populares de la actualidad.
Pimientos de Padrón de Galicia
Son originarios de la parroquia de Padrón, al sur de la provincia de la Coruña, lindando con Pontevedra. Se atribuye a monjes franciscanos del convento franciscano de San Antonio de Herbón, junto a Padrón, la llegada de pimientos a esta comarca en el siglo XVI.
El clima de esta región gallega es algo más fresco y húmedo que el de México. Quizás por esta diferencia climática, pero también por la propia selección de ejemplares por los monjes, se fueron desarrollado estas variedades más pequeñas y de intenso sabor.
¿Por qué pican?
Es responsable del ardor que se produce en la boca al comer algunos pimientos es la capsaicina. Se trata de un compuesto químico que irrita la piel y que sirve de mecanismo de defensa de algunas plantas frente a los herbívoros. No conviene abusar, ya que el ardor se puede trasladar al estómago, pudiendo llegar a provocar una gastritis.
Es común en otras plantas del género Capsicum, como el célebre chile, la guindilla o el chile de cayena. Sin duda, nuestros amigos mexicanos son quienes más aprecian los sabores muy picantes. Es en su tierra donde se cultivan todas las variedades mencionadas.
En los últimos años se ha descubierto propiedades nutricionales y preventivas en la capsaicina, cuando se consume moderadamente, que merece la pena comentar.
En primer lugar, es un antioxidante que aporta los beneficios típicos de estos compuestos, como ayudar al metabolismo celular, mejorar la salud cardiovascular, etc.
Segundo, hay bastante evidencia de que puede ayudar a no engordar e incluso a reducir peso en quien lo consume regularmente. Esto se produce por un mecanismo múltiple de aumento de la oxidación de los ácidos grasos. También por un mayor consumo de oxígeno y un mayor gasto energético. Lógicamente no es un producto milagroso, y si sus consumidores comen excesivamente no llegarán a notar estos efectos.
Además, es antiinflamatorio e incluso hay estudios que muestran una relación entre su consumo y una menor incidencia de algunos tipos de cáncer.
Por otro lado, existen aplicaciones farmacológicas de concentrados de capsaicina como analgésico.
¿Cómo cocinar los pimientos de Padrón?
Por su pequeño tamaño no son variedades idóneas para preparar pimientos rellenos, ya sean de arroz o de bacalao. Tampoco son los mejores para preparar pimientos asados.
En cambio, por su intenso sabor lo ideal es prepararlos a la plancha o fritos.
Pimientos de Padrón fritos
Comenzamos lavando los pimientos en agua y dejándolos secar para evitar que salten al freírse. No debemos cortar su rabos o pedúnculos, ya que parte de la gracia está en agarrarlos con la mano para tomarlos.
En una sartén alta, calentamos abundante aceite de oliva a temperatura media. Echamos los pimientos y los tapamos para no manchar y facilitar que se cuezan ligeramente. En un par de minutos nos ayudamos de un cucharón para darles la vuelta.
Los retiramos en una fuente y echamos sal gorda. Los dejamos templarse un poco y antes de que estén fríos los servimos.
Se pueden comer solos como aperitivo, o acompañando carnes de todo tipo.
Propiedades nutricionales de los pimientos
Termimanos recordando que los pimientos forman parte de las cinco raciones recomendadas de frutas y verduras al día.
Según la variedad aporta entre 1,3 y 2 gramos de fibra. por lo que son saciantes y digestivos.
Aportan diferentes vitaminas, entre las que destaca la vitamina C. También contienen folatos, vitaminas especialmente recomendables para mujeres embarazadas, ya que previenen la aparición de la espina bífida.
Y como hemos contado anteriormente cuentan con las interesantes propiedades antioxidantes de la capsaicina, que además es anticancerígena y ayuda a no engordar.