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Polaramine es uno de los más conocidos. Existen numerosos estudios que constatan un aumento de la incidencia de alergias respiratorias en los últimos 20 o 30 años. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, se trata simplemente de unas molestias pasajeras, que pueden ser reducidas con polaramine u otros antihistamínicos.
El acceso a estos medicamentos es sencillo, ya que se pueden comprar en farmacias sin necesidad de receta. Aunque si sufrimos regularmente reacciones alérgicas importantes, es recomendable acudir a un médico alergólogo. Estos especialistas diagnostican de manera precisa el origen de la reacción y el tratamiento mejor adaptado para neutralizarla. Asimismo, nos ofrecerán pautas de comportamiento para reducir nuestra exposición y realizará un seguimiento.
En este sentido, no deja de ser curioso, que en en los últimos meses se haya constatado una reducción en la incidencia de las alergias. Sin duda relacionado con el uso generalizado de las mascarillas, especialmente en el exterior de las viviendas.
Polaramine: ¿síntomas de las alergias y por qué se producen?
Las alergias se producen como una respuesta natural de nuestro organismo ante la presencia de un alérgeno, es decir una partícula exterior. Estas se introducen en nuestro organismo, ya sea por vía respiratoria o por la ingesta de alimentos, o incluso el contacto con la piel. Nuestro sistema inmunitario las identifica como una amenaza y responde con una serie de acciones, incluyendo los síntomas típicos de la alergia.
Aunque en principio no son dolencias graves, el alérgeno activa unas células que juegan un papel fundamental de nuestro sistema defensivo, los célebres mastocitos. Se tratan de glóbulos blancos reguladores de los procesos inflamatorios y de la respuesta general del organismo ante una infección.
Efectivamente los mastocitos liberan entre otras sustancias, la histamina. Hablamos de pequeñas moléculas, que entre otras funciones inflaman ciertos tejidos. Provocando esa respuesta excesiva que todos conocemos en las alergias: picos de ojos y nariz, escozor en la piel, mucosidad abundante, congestión bronquial, etc.
¿Por qué aumentan las alergias de tipo respiratorio?
Resulta interesante comprobar que la mayoría de nuestros abuelos no sufren alergias. Por el contrario, la mayoría de las nuevas generaciones sufren estas molestias. Existen varios factores relacionados con nuestros estilos de vida que explican esa mayor incidencia.
Primero, nuestros entornos urbanos están más contaminados, que los que conocieron las generaciones anteriores. Particularmente las pequeñas partículas asociadas a los motores diésel, potencian el impacto del polen en nuestros sistemas respiratorios. Será interesante analizar en los próximos años, si las medidas generalizadas en Europa para limitar este tipo de vehículos, tendrán un efecto positivo.
Segundo, nos encontramos con un cambio climático. En países de Europa del sur, provocan inviernos y primaveras más cálidos y secos, con procesos de floración largos y atmósferas menos limpias.
Tercero, existe un aumento de alérgenos en el interior de las viviendas. Nos referimos a la presencia de ácaros y hongos, asociados al uso de aparatos de aire acondicionado y a la presencia de mascotas.
Cuarto, existe cambios de patrones en la alimentación, que también pueden incidir en el incremento de alergias. Por un lado, la reducción del tiempo dedicado a la lactancia materna, que reduce el riesgo de desarrollarlas. Por otro la reducción del consumo de alimentos con antioxidantes naturales.
¿Polaramine, para qué sirve?
Para explicar más profundamente el producto y sus propiedades acudimos a la información de su prospecto informativo.
Polaramine se presenta como unos comprimidos cuyo principal componente son 2 gramos de Maleato de dexclorfeniramina. El resto de componentes incluye, lactosa, almidón de maíz pregelatinizado, estearato de magnesio y agua purificada.
El envase más habitual contiene 20 comprimidos. No requiere condiciones especiales de conservación. La posología recomendada es de 3 o 6 dosis al día, en el caso de mayores de 12 años. Y de solamente 3 para niños entre 6 y 12 años. Como cualquier medicamento no deben tomarse más dosis que las recomendadas. No hay que compensar con mayor consumo, los olvidos de alguna dosis. Es importante prevenir a un médico si aparece cualquier síntoma preocupante tras su consumo.
Polaramine sirve para el tratamiento sintomático de diferentes tipos de rinitis y conjuntivitis alérgicas. Frente a manifestaciones alérgicas cutáneas no complicadas leves de urticaria. Asimismo alivia molestias cutáneas tales como eczema alérgico, dermatitis atópica y picaduras de insectos.
Limitaciones y precauciones
Las principales precauciones a considerar son sus posibles efectos secundarios de somnolencia y fatiga. Por tanto, se deben evitar actividades peligrosas que exijan concentración, como conducir y ciertos trabajos manuales. Tampoco es aconsejable la ingesta de alcohol.
No debe ser administrado a niños de menos de 6 años y hay que asegurarse de guardarlos lejos de su alcance. Tampoco debe consumirse por alérgicos al maleato de dexclorfeniramina o a la lactosa.
Se recomienda consultar a un médico qué tipo de antihistamínicos que nos convienen, en los siguientes casos:
- mayores de 60 años
- embarazadas y madres en periodo de lactancia
- tratamiento de antidepresivos y de otros medicamentos
- presencia de glaucoma, úlcera de estómago, enfermedades cardiovasculares, incluyendo hipertensión arterial, enfermedades del tiroides u otras dolencias importantes.
Tipos de antihistamínicos
Los antihitamínicos han evolucionado para ser más eficaces y reducir sus efectos secundarios.
El principio activo de Polaramine es el maleato de dexclorfeniramina, que se trata de uno de los antihistamínicos de primera generación. Es uno de los más antiguos, en concreto fue patentado y comenzado a usar en 1962.
Los antihistamínicos de primera generación, se han utilizado hasta hace algunos años. Actúan rápidamente después de ser ingeridos. Inhibien la liberación de la histamina, una amina presente en nuestras células y que actúa directamente sobre el sistema nervioso central. Esta provocan la respuesta inmunitaria, y los molestos efectos típicos de las alergias. El problema de estos medicamentos es su efecto secundario. Producen cansancio y somnolencia, dificultando el desarrollo de las tareas cotidianas.
En los últimos años se está extendiendo el uso de antihistamínicos de segunda generación, que evitan el efecto sedante de los primeros. Algunos ejemplos son la cetirizina, la loratadina o la ebastina. Su efecto suele tener una duración más larga que los de primera generación, que decaen después de unos 4 o 5 horas.
Los antihistamínicos más avanzados, de tercera generación, consiguen ampliar aún más la duración de su efecto. Llegan hasta las 48 horas, y reducen aún más los efectos secundarios sedantes.
¿Existen alternativas naturales a los antihistamínicos?
La manera más eficaz e inmediata de neutralizar los efectos de las alergias son los antihistamínicos, como la polaramine. Pero también podemos contribuir a aligerar sus efectos a través de algunos alimentos y extractos vegetales, que suavizan de modo natural la respuesta alérgica.
Aquí te presentamos algunas de las opciones más accesibles:
- El yogur, que en general mejoran la flora bacteriana y nuestro sistema inmunitario.
- Las cebollas, un excelente alimento por sus numerosas propiedades nutricionales. Tienen varios efectos beneficiosos, incluyendo una disminución de las reacciones alérgicas.
- Infusiones de té verde, de tomillo e incluso ¡de ortiga y alfalfa!. Se pueden adquirir en herbolarios, farmacias y supermercados.