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Las potas, chipirones, calamares o sepias, forman parte del orden animal de los moluscos. Aunque la calidad gastronómica del calamar es la más reconocida entre estas variedades, la pota es también un molusco de gran calidad.
Según como se cocine, puede resultar una buena alternativa en arroces, sofritos, enharinadas, etc. Cuando las tomemos a la plancha, mejor optar por el calamar.
Diferencias entre pota y calamar
Si nos fijamos en una pescadería, la pota tiene un aspecto similar al calamar, pero se pueden apreciar algunas diferencias:
- Forma de las aletas. Las aletas de la pota son más pequeñas, y parten casi de la cola del molusco, con una forma que recuerda a un corazón. En cambio, los calamares tienen unas aletas bastante más grandes, que nacen de la mitad del cuerpo y con forma de rombo.
- La pota tiene un color más marcado que el calamar, tendiendo hacia el violeta y el rosado. En cambio, el calamar es más claro, semitransparente, de manera especial las aletas. Cuando se encuentra en el medio marino le sirve para camuflarse.
- Cuando se saborean a la plancha, sin grandes condimentos ni cocinado, la carne del calamar resulta más delicada y suave. Frente a la de la pota, más común.
- Precio, normalmente la pota resulta bastante más económica que el calamar. De hecho, en algunos restaurantes de venden platos de calamar, que en realidad se corresponden con pota, para ahorrar coste. Así que conviene conocer las diferencias cuando se consuma.
Características y pesca de la pota
La pota, también conocida como lura y pasamar, pertenece a una clase de moluscos de la clase Cephalopoda, común con los calamares. Pero dentro de esta, de familias distintas, Ommastrephidae la primera y ginidae la segunda (calamar europeo). Otra cosa es el calamar gigante, bastante más grande que los anteriores, pudiendo alcanzar más de 10 metros con sus tentáculos extendidos.
Están muy extendidas tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico. También se las encuentra fácilmente en el mar Mediterráneo. Las que se pescan en nuestras costas suelen tener una longitud de 15 a 25 centímetros.
Pueden vivir en aguas profundas, inferiores a 600 metros, aunque suelen ascender a aguas más superficiales por la noche, por eso se suelen pescar a horas muy madrugadoras, antes de que salga el sol.
Pota, información nutricional
Más allá de las diferencias de sabor, la pota y el calamar son equivalentes en cuanto a su valor nutricional.
Tienen un contenido bajo en grasas y como la mayoría de moluscos y pescados aportan una buena cantidad de proteínas de alto valor biológico.
Entre su vitaminas destacan algunas del grupo B, como la vitamina B3 y la B12. Y entre sus minerales el fósforo y el potasio.
Comercialización
Frescas recientemente pescadas en los puertos del mediterráneo o del cantábrico, son sin duda la manera óptima de disfrutar de su sabor. Gracias a la extensa red logística de nuestro país y a la gran cantidad de pescaderías locales, realmente cualquiera, incluso en el interior, tienen acceso a consumirlas frescas.
Otra venta muy común en congeladas, a veces en piezas enteras, pero más comúnmente cortadas en anillas rebozadas o en rabas.
También existe la opción de consumirlas en conserva, habitualmente en salsa americana o en su tinta.
¿Cómo cocinar la pota?
Se debe reconocer una superioridad de sabor y textura del calamar, que resulta más fino al paladar que la pota. Sin embargo, cuando se cocina hay veces que la diferencia no es trascendente y por su menor coste, la pota es una excelente alternativa.
Si partimos de un sencillo pescado a la plancha, mejor optar por el calamar cocinado con muy poco aceite de oliva y aderezado con ajo y perejil.
Preparadas frescas en un sofrito a fuego lecto con cebolla picada y con un chorreoncito de vino blanco, dan un gran resultado. Mejor que si se parte de un calamar congelado.
En arroces caldosos o más sueltos. Nuevamente la pota fresca puede hacer un gran papel y realzar el sabor del arroz cuando se cocina a fuego lento. Simplemente con cebolla y tomate y salpimentada.
Los calamares a la romana se realizan con cortes en forma de anilla enharinados. Sin embargo, si nos fijamos bien en la denominación de los envases congelados a menudo son de potas. También están las famosas rabas, en este caso a partir de cortes longitudinales, que también se suelen hacer con potas. Tanto en anillas como en rabas, la fritura a temperaturas muy calientes hace que las podamos degustar muy tiernas.