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El incremento en el coste de la cesta de la compra se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para las familias españolas. De acuerdo con el informe «Construyendo la cesta de la compra», de Kantar Worldpanel, los precios de productos esenciales como aceite, arroz, café, detergente, galletas, leche, pasta y yogur, entre otros, han aumentado un 47% en los últimos cuatro años. Esta subida en los precios de los alimentos está golpeando significativamente el bolsillo de los consumidores, quienes se ven obligados a recortar sus gastos en varios productos y servicios para poder
llenar la cesta de la compra.
A pesar de la difícil situación financiera que enfrentan muchos hogares españoles, no se anticipa una mejora a corto plazo. Un estudio realizado por PwC en colaboración con la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), una de las principales asociaciones empresariales del país, indica que el precio de los alimentos no disminuirá en los próximos meses. Este panorama se debe principalmente a factores como las condiciones meteorológicas adversas, en particular la sequía y las malas cosechas causadas por las altas temperaturas, así como a la
lenta reducción de los precios de origen.
Los productos congelados ganan espacio en la cesta de la compra
En este contexto, los consumidores españoles están adaptando sus hábitos de compra y buscando alternativas más económicas para mantener una alimentación equilibrada a un menor coste, con el fin de mitigar el aumento de los precios de los alimentos. Como resultado, están optando por productos de marca blanca y aprovechando las ofertas y las promociones de los supermercados para llenar sus cestas. Además, los productos frescos, cuyo precio se ha disparado en los últimos tiempos, están siendo reemplazados por productos congelados en los carros de la compra de las familias españolas.
Los productos congelados se han convertido en esenciales para los consumidores españoles. No es sorprendente, ya que son una opción sabrosa, nutritiva y asequible para abastecer cualquier cocina. Según la Asociación Frozen España, que representa a más de 140 empresas del sector, comprar productos congelados puede suponer un ahorro medio de hasta el 30% en comparación con los productos frescos, aunque este porcentaje puede variar según el producto. Además, contrario a la creencia popular, los productos congelados ofrecen las mismas garantías nutricionales, e incluso superiores en algunos casos, que los productos frescos. Pueden conservarse durante meses sin perder calidad, lo que ayuda a reducir considerablemente el desperdicio de alimentos. También proporcionan una amplia variedad de opciones, desde frutas y verduras hasta comidas preparadas.
Ventajas de comprar alimentos congelados de calidad
No cabe duda de que los productos congelados son apreciados por su asequibilidad, conveniencia, calidad nutricional y durabilidad. No obstante, la calidad de estos productos es un aspecto importante que no debe pasarse por alto, ya que puede tener un impacto significativo en la salud y seguridad alimentaria. Así lo señala Manumar, la empresa líder en la importación, venta y distribución de congelados de alta calidad en Valencia. Con más de 30 años de experiencia en el sector, la compañía valenciana aconseja comprar congelados de alta calidad para cocinar de forma segura y saludable.
Los alimentos congelados suelen congelarse inmediatamente después de ser cosechados o procesados. El proceso de congelación retiene una gran cantidad de vitaminas, minerales, sabores y texturas vitales, preservando el valor nutritivo y la calidad de los alimentos en su punto óptimo de frescura. De hecho, en algunos casos, los alimentos congelados contienen más vitaminas y minerales en comparación con los frescos, que tienden a perder estos nutrientes con el tiempo cuando se mantienen a temperatura ambiente o en el frigorífico. Sin embargo, esto solo es aplicable a productos de alta calidad que han sido congelados correctamente.
Además de preservar los nutrientes, los productos congelados son menos propensos a desarrollar bacterias y otros patógenos peligrosos si se mantienen a temperaturas adecuadas. Mantener la cadena de frío es fundamental para conservar la calidad de los productos congelados y prevenir la proliferación de bacterias y virus que pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos. Por este motivo, los consumidores españoles deben optar por productos congelados de alta calidad, que hayan sido congelados y almacenados según los estándares sanitarios. En muchos casos, los productos de baja calidad son sometidos a fluctuaciones de temperatura que favorecen la proliferación de bacterias, comprometiendo la seguridad del alimento.
Además, los alimentos congelados de calidad son también una gran opción para los consumidores españoles que desean reducir el desperdicio de alimentos. La congelación permite que los alimentos tengan una vida útil más larga que los alimentos frescos, por lo que no hay que preocuparse de que se estropeen antes de tener la oportunidad de utilizarlos. Esto no sólo ahorra dinero, sino que también ayuda a contribuir a un ciclo de consumo más sostenible, evitando que los alimentos se echen a perder antes de ser consumidos.
Conclusión
La creciente popularidad de los productos congelados responde de manera lógica a las necesidades y restricciones económicas actuales. Su asequibilidad, conveniencia, calidad nutricional y durabilidad los han convertido en una opción atractiva para los consumidores españoles, siempre y cuando se preste atención a su calidad. Adquirir productos congelados de alta calidad no solo garantiza una mejor preservación de nutrientes, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria y a la sostenibilidad.