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Ideal para otoño e invierno, un buen puré calentito de verduras te quitará el frío y el hambre. Además, se trata de un plato muy sano – por su alto contenido en vitaminas y minerales – que para nuestro cuerpo siempre es bienvenido. En la categoría de comidas necesarias para mantener una dieta saludable es definitivamente infalible: desde entrante en un buen menú del día, hasta plato único/principal en una cena no muy pesada.
Por su sencilla técnica de preparación y amplia gama de sabores, no puedes dejar este artículo desapercibido y evitar los preparados industriales, mucho menos sanos.
Pero, como siempre, empezamos como un poco de contexto histórico y curiosidades.
Origen del puré de verduras
Los primeros purés pertenecen a la deliciosa cocina francesa. Les purées (o en singular purée, que significa purificado), en realidad, se descubrieron como una técnica especial de cocer alimentos y triturarlos. Por lo tanto, en su más estricto sentido, ¿cualquier combinación de alimentos triturados podría ser considerado puré? ¿Cómo, por ejemplo, chocolate, yogurt y mantequilla? Esto último creo que se trata más de un bizcocho… Pero si que existen purés dulces o de frutas, conocidos como potitos para bebés o compotas.
Diferencia entre puré de verduras y crema
El puré de verduras del que hablamos aquí está más relacionado a platos salados, siendo cualquier tipo de hortaliza su ingrediente principal. Aunque el más conocido por excelencia siempre ha sido el puré de patata; tan delicioso y acompañante, éste se trata de la simple combinación de patatas, leche y sal (mantequilla o un chorreón de limón son opcionales, pero no esenciales). Aquí, relacionado con la patata, surge un interesante debate en terminología, pues ¿sabe usted, así en frío, qué diferencia una crema de un puré? Seguro que está pensando que es una pregunta trampa y que son exactamente lo mismo. Y tiene parte de razón, pues coloquialmente cualquiera se puede referir simultáneamente a los dos. Pero vamos a ser un poco técnicos y a explicar su diferencia:
- El puré teóricamente es más espeso, pues independientemente del resto de ingredientes la patata es el alimento base. Si nos referimos a un puré de calabacín, sabemos de sobra que además la patata tiene que ir incluida.
- La crema, por lo contrario, en vez de patata requiere de algún tipo de lácteo. Viene de crème (también del francés, y significa nata). Por lo tanto, ésta última suele salir más liquida o aguada que el puré.
Pero estos son simplemente datos curiosos. La combinación de ambas características es en realidad más que común. Un buen puré (como lo denomino personalmente) nunca va a prescindir en mis recetas de patatas, un poco de leche y/o queso.
Nutrición
En cuanto a sus ventajas nutricionales, aparte de cocinarse fácil y rápidamente, es su alto contenido en verduras. Éstas son ricas en minerales como el potasio – encargado de regular el exceso de líquidos – y en vitaminas, como la vitamina C – que fortalece el sistema inmune-.
Previenen enfermedades cardiovasculares por su casi nulo contenido grasas. Además, los purés de verduras son digestivos y por su aporte de fibra ayudan al estreñimiento ocasional.
Receta de puré de verduras
Como ya hemos nombrado, hay múltiples formas de preparar purés de verduras. Tantas combinaciones son posibles como el consumidor quiera, pero aquí te traemos una forma que no falla. La elección de verduras también depende de la temporada, en Saludteca recomendamos un consumo local, por lo tanto, ésta variará según la correspondiente estación del año.
Ingredientes para 3 personas
- Dos cucharadas de aceite de oliva,
- Dos patatas,
- Una cebolla,
- Un puerro,
- Un calabacín,
- Dos zanahorias,
- Un buen puñado de espinacas,
- Sal,
- Pimienta,
- Un limón.
Elaboración
Empieza por lavar bien todos los alimentos. A continuación, córtalos al gusto: una de las ventajas de este plato es que no hay que perder mucho tiempo cortando las verduras, trozos grandes y desiguales valen.
Ponemos en una olla grande las 2 cucharadas de aceite, esperamos a que se caliente y vertemos todas las verduras. Salpimentamos al gusto y removemos a fuego medio, no dejando que se cocinen más de 5 minutos.
*Este último paso no es estrictamente necesario, se pueden cocer directamente las verduras sin pasarlas “por la sartén”, pero haciéndolo así cogen un sabor especial recomendable.
Añadimos ahora el agua a la olla para cocer las verduras, pero sin cubrirlas para que no queden muy aguadas. Dejamos el fuego alto para que cuezan rápido las verduras. Esperar hasta que éstas estén blandas.
Una vez cocidas, ¡a batir! Es importante no dejar de hacerlo hasta que la masa se quede homogénea.
Una vez servido en el plato, recomendamos el toque final: el chorrito de limón, que le da un toque ligeramente amargo y delicioso y como adorno por ejemplo, unas hojitas de cilantro.