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¿Por qué hablar de qué hacer cuando te aburres? La casa, el colegio, actividades, casa… Casa, trabajo, responsabilidades, casa… Desde que somos muy pequeños y hasta el cese de nuestra vida productiva nos dejamos llevar por vidas frenéticas y llenas de actividades. Más allá de las responsabilidades que asumimos en la vida, aquellas que nadie puede negociar o negar, nuestro tiempo libre se llena de cosas que seguir haciendo. A pesar de ello, ¿quién no se ha topado con días inactivos? Especialmente en días veraniegos de vacaciones.
Nuestro tiempo libre es uno de los pilares de nuestra vida. El mundo ofrece muchas formas de llenarlo. Este artículo indaga sobre cómo lograr que nuestro ocio y momentos de aburrimiento sean positivos para nuestra salud y bienestar.
Ocio como antídoto al aburrimiento
El ocio engloba todas las actividades que podemos hacer en nuestro tiempo libre de responsabilidades. Estos suelen ser los momentos más motivantes del día: ser dueño de tu tiempo y ocuparlo sin presión. Las actividades de ocio son muy diversas y existe una división general entre las mismas:
- Ocio pasivo. Engloba actividades en las que nos convertimos en meros receptores de estímulos. Algunos ejemplos serían la lectura, ver una película o escuchar música.
- Ocio activo. Al contrario del anterior, este tipo de ocio supone un esfuerzo, ya que requiere que nos pongamos en movimiento y produzcamos cosas. El deporte, la escritura o tocar un instrumento son ejemplos del mismo.
Haciendo un ejercicio de reflexión personal: ¿qué actividades han llenado tu tiempo de ocio en los últimos meses? ¿Consideras que tiendes a un ocio más activo o pasivo?
Durante el día a día, y al tener en cuenta el espacio que ocupa el trabajo en nuestras vidas, es lógico caer en la pasividad de engancharnos a la última serie de Netflix o relajarnos haciendo zapping en televisión. Esta necesidad de no productividad al final del día queda más que justificada, pero ¿es positiva a largo plazo? Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta algunos matices. Relajarse pasivamente será positivo, siempre que no sea una actividad que sustituya radicalmente otras formas de ocio que se relacionen con un nivel de bienestar duradero en el tiempo. En contra de las tendencias de ocio predominantes, debemos hacer un esfuerzo para educar (y educarnos) en alternativas que supongan un enriquecimiento al desarrollo y salud personal.
Alternativas de ocio saludable
Alejándonos de un ocio pasivo, siempre hay una puerta abierta a formas de vencer el aburrimiento que nos hagan cuidar de nosotros mismos. Está demostrado que la mayoría de las actividades de ocio activo, general de manera natural endorfinas. Hablamos de las famosas hormonas que, liberadas en sangre de forma natural, aumentan la sensación de bienestar y placer.
Clasificadas en función del rango de impacto que puedan tener, algunas formas de ocio alternativo que responden a nuestra pregunta, ¿qué hacer cuando te aburres?, son:
- Nivel individual. Practicar deporte es la actividad de ocio saludable por excelencia. El ejercicio ofrece tantas posibilidades que siempre habrá alguna motivante para cada persona. Puede ser el momento para animarte a descubrir un deporte que vaya contigo. Por otro lado, aprender habilidades nuevas se relaciona con la activación mental y la confianza en nosotros mismos. El arte nos ofrece muchísimas posibilidades que nunca será tarde para explorar.
- Nivel grupal. No hay nada más enriquecedor que cuidar de nuestras amistades. Como animales sociales tenemos una profunda necesidad de establecer y mantener vínculos con otras personas, por lo que compartir el ocio es muy saludable. Algunas ideas de ocio compartido pueden ser escapadas a la naturaleza, quedar para cocinar o simplemente la cotidianeidad de dar un paseo.
- Nivel comunitario. En contra del individualismo en el que nos vemos sumergidos, utilizar nuestro tiempo de ocio para aportar algo positivo a la sociedad, es una iniciativa muy gratificante. De esta manera, involucrarse en voluntariados o iniciativas que se estén moviendo en tu barrio o ciudad, aumentará tu nivel de satisfacción contigo y el resto.
¿Qué hacer cuando te aburres? El ocio positivo en la infancia
Nuestra pregunta, ¿qué hacer cuando te aburres?, cobra especial relevancia cuando hablamos de los más pequeños. Pensando en cómo inculcarles este tipo de ocio activo, algunas actividades positivas son:
- Actividades grupales. Ir de campamento, formar parte de un grupo Scout, actividades de ocio organizadas… Permitir que los niños se desenvuelvan en un grupo de iguales diferente al colegio y con figuras de monitores. Estos contextos suelen fomentar valores como la convivencia positiva, la tolerancia, el respeto, etc.
- Deporte. En contra del sedentarismo, buscar actividades de deporte al aire libre que les motiven y fomentarlas será muy positivo para su salud mental y física. Además, los deportes de equipo también un poder muy fuerte para la interiorización de pautas de conducta, como el respeto por el otro. Si no tienen la posibilidad siempre de estar fuera, una bicicleta estática plegable puede ser una buena solución.
- Desarrollo de habilidades artísticas. Música, pintura o lectura. Cada niño tiene sus propios intereses y fomentarlos puede ayudar a desarrollar una autoestima muy positiva. Aprender cosas nuevas y fuera del colegio puede ser muy estimulante. Aunque jamás debemos olvidar que una sobrecarga de actividades en su tiempo libre puede tornarse negativa.
¿Qué hacer cuando te aburres? ¿Es negativo aburrirse?
Para concluir sobre ¿qué hacer cuando te aburres?, tenemos una reflexión final.
Aunque compartamos una necesidad de parar el ritmo frenético de nuestras actividades diarias, ¿quién no ha sentido ansiedad ante el aburrimiento de una tarde aparentemente monótona? Al contrario de lo que muchos podemos creer, la neurología comienza a desvelar la importancia que tiene pararse a “no hacer nada”.
Los psicólogos alertan especialmente de la necesidad de generar espacios vacíos en los más pequeños. Esto se relacionaría con el descubrimiento de los intereses personales y de la creatividad.
Por otro lado, la mente funciona como un ordenador que es necesario resetear para no estropear. Criticando el concepto erróneo del “debería” que nos impide disfrutar de nuestro tiempo libre, el aburrimiento resulta positivo para la reflexión o conocimiento personal.
Los beneficios del “aburrimiento” también se han relacionado con el cuidado de la salud mental. Así es como en psicología se ha popularizado en los últimos años la técnica de mindfulness. Su condición principal consiste en pararse y convertirse en un observador de todo lo que ocurre a nuestro alrededor en el momento presente. La práctica rutinaria del mindfulness o atención plena tiene efectos muy positivos sobre la ansiedad o el estrés.
¿Te supondría un reto dedicar 5 minutos al día a esta práctica tan “aburrida”?