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En este artículo vamos a abordar una categoría de suplementos para adelgazar con bastante éxito comercial, los quemagrasas, quema grasas o quemadores de grasas. Este tipo de suplementos contienen una serie de ingredientes como extractos vegetales (cafeína, distintos tipos de té, forskolina, etc.), fibra, minerales y otros componentes como la carnitina, el ácido linoleico conjugado, etc. Ya sea como fuentes únicas o combinadas, el principio de estas propuestas es acelerar el metabolismo como solución para la pérdida de peso.
Se distribuyen en forma de tabletas, cápsulas y soluciones líquidas o en polvo. Y se pueden adquirir por internet, en farmacias y parafarmacias, supermercados, herbolarios y otros puntos de venta.
Más allá de que en ocasiones puedan tener un efecto a corto plazo, cabe preguntarse ¿es esta la manera de lograr pérdidas de peso a largo plazo? ¿son productos naturales y existen riesgos para la salud cuando se consumen?
Mercado internacional de quema grasas y la obesidad
El extraordinario éxito de estos productos se basa en las amplias capas de población que sufren problemas de sobrepeso y obesidad. El mercado de este tipo de suplementos mueve miles de millones de euros a nivel mundial y crece a un ritmo del 7% anual, frente al crecimiento del 1% para la población mundial. Los mayores mercados mundiales están en Estados Unidos y México, pero se están expandiendo rápidamente por Asia, Latinoamérica y Europa.
Según la OMS en 2016 existían casi 2.000 millones de personas con sobrepeso o obesidad. Prácticamente el 13% de la población sufre obesidad y el 27% sobrepeso. Y lo que es peor, esta cifra se ha triplicado respecto a 1975.
¿pero cuál es el verdadero motivo de esta terrible epidemia del siglo XX y XXI?
Según los expertos de la OMS, este cambio obedece tanto a:
- Un descenso de la actividad física, relacionada con el uso masivo del transporte público o privado. El desarrollo de actividades profesionales más sedentarias, una urbanización que no ha sabido promover la movilidad física.
- Un aumento de la ingesta de calorías sobre todo a través de comidas y bebidas industriales. Siendo su peor exponente, los alimentos ultraprocesados. La enorme disponibilidad de estos productos, hasta el punto de encontrarnos con máquinas expendedoras juntos a colegios y centros educativos es pésima.
No cabe duda que el problema es extremadamente complejo y que exige la movilización tanto de la industria alimenticia y de la restauración, como de las administraciones públicas y privadas.
¿Funcionan los quema grasas?
Los quemas grasas, al contrario que los medicamentos, al ser considerados suplementos nutricionales, no están sujetos a una legislación que les obligue a contrastar con estudios clínicos sus efectos. De hecho existe poca evidencia científica sobre su eficacia para adelgazar a largo plazo.
En general puede haber efectos a corto plazo, pero que no son muy efectivos si no se acompañan por cambios de hábitos. Su acción se fundamenta en los siguientes procesos:
- Acelerar el metabolismo de las grasas. También se consigue de manera más natural a través de la práctica regular del deporte, dormir bien y suficientes horas o el consumo de proteínas.
- Reducen la cantidad de grasa que se acumula en tejidos como el abdomen o los glúteos y piernas. Nuevamente una alternativa más natural es incrementar el consumo de frutas y verduras frescas, a la vez que reducimos el consumo de alimentos ultraprocesados.
- Producen sensación de saciedad, reduciendo el apetito y por tanto consumiendo menos calorías. Este efecto se puede conseguir asimismo con dietas ricas en proteínas, o con el consumo de alimentos con fibra o carbohidratos de lenta absorción.
Por otro lado, los quema grasas a menudo son productos excitantes, que estimulan la segregación de adrenalina. Por eso, pueden provocar alteraciones en el sueño y el descanso. En casos más extremos pueden llegar a generar ansiedad, náuseas e incluso taquicardias. Por ello conviene estar pendientes de cualquier reacción del organismo y en ese caso parar inmediatamente su consumo. Tampoco conviene alargar en el tiempo la ingesta.
Desde luego no son ni la solución más sana, ni la más natural para perder peso. Aunque puede haber gente a la que le haya funcionado, siempre que hayan estado comprometidas con cambios más profundos y difíciles en los estilos de vida.
Legislación sobre quemagrasas
Dentro de la legislación nacional sobre suplementos para adelgazar, existen una norma importante, el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria. El sentido de esta norma estriba en evitar mensajes confusos, puesto que al contrario que los fármacos, no se exigen pruebas clínicas que demuestren la eficacia de los suplementos nutricionales.
El artículo 4 especifica que están prohibidas la promoción de este tipo de productos con mensajes «que sugieran propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad».
Otra norma importante europea es el el Reglamento (CE) 1924/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos. Esta norma limita nuevamente las posibilidades de promoción y publicidad para complementos alimenticios.
Alertas sanitarias ante los quemagrasas
Uno de los casos más llamativo de alerta se produjo en 2015, cuando la OMS avisó de la toxicidad del dinitrofenol. De hecho, se constató en casos extremos de la aparición de enfermedades y hasta de casos de fallecimientos entre personas que consumían este suplemento. Los efectos secundarios observados incluían confusión mental, nerviosismo, convulsiones, hipertermia, taquicardia, etc.