Tabla de contenido
Los consumidores de productos de alimentación y las empresas, más allá de la relación mercantil que nos pueda unir cuando compramos productos en un mercado, formamos parte de una sociedad. La Responsabilidad Social Empresarial hace referencia a todas las iniciativas de una empresa para actuar de forma responsable con su entorno. También los consumidores tenemos una responsabilidad que abordaremos en otro artículo, pero aquí nos centramos en el mundo de la empresa.
En un mundo cada vez más transparente, donde el acceso a la información es inmediato, ser responsables en las acciones no es un coste, sino una obligación. La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) u Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es tan importante, que debe formar parte del ADN de cualquier empresa.
Política de Responsabilidad Social Empresarial alimentaria
Nuestra recomendación para las sociedades que no han sabido aún canalizar su acción en esta área, es la siguiente:
- Analizar e investigar, qué actividades son más oportunas para la empresa. Dependiendo del sector donde se opera las expectativas y las posibilidades pueden ser distintas. Por ejemplo, entre una explotación agraria, una industria transformadora o un canal de ventas. O entre una empresa de producción de hortalizas en Almería y otra de jamones y productos cárnicos en Salamanca.
- Sensibilizar a la Dirección y al resto de los empleados, sobre las actividades sociales que vayamos a integrar. Comprender y valorar en el entorno impacto social, pero también el Valor Añadido que aporta dentro de la propia empresa.
- Integrar y desarrollar la política de Responsabilidad Social Empresarial en la misión de la empresa. Es el modo para que de manera natural se concretice en acciones dentro de los planes estratégicos y los planes operativos de la compañía. Esto incluye también asignar un equipo responsable con un presupuesto determinado.
- Comunicar sobre nuestra política de RSC tanto interna como externamente. Es la manera de aprovechar ese esfuerzo. Y de hacer comprender a nuestros empleados, proveedores, clientes y a los agentes sociales que estamos implicados con nuestro entorno.
- Medir y controlar, como en cualquier otra actividad comercial y de marketing. Debemos entender el coste, la eficiencia y el retorno de esta actividad. Lejos de ver la inversión en RSE como un coste, hay que verlo como una oportunidad, y saber encontrar actividades que también sean útiles para la empresa.
La Responsabilidad Social Empresarial en el sector alimentario
Aunque parezca sorprendente, desde mi actividad profesional he conocido empresas del sector de alimentación que facturan miles de millones de euros y que no han comprendido la importancia de la RSE. Bien es cierto que en los últimos años se han multiplicado las iniciativas. Muchas de ellas todavía son parches para «salvar el expediente». Pero poco a poco existen más ejemplos de empresas alimentarias que se toman en serio esta política y la integran en su estrategia.
Hay pocos sectores económicos con tanto impacto en su entorno como el agroalimentario. Si pensamos en la cadena de valor del sector y en el impacto de la actividad industrial, existe una enorme incidencia en la manera de hacer las cosas.
RSE y cadena de valor en el sector alimentario
Los fabricantes del sector agroalimentario tienen a su disposición numerosas posibilidades. Podemos fijarnos en la cadena de valor del sector para inspirarnos y encontrar ideas que desarrollen la RSE:
- ¿Cómo se trabaja en el campo? Ya sea directa o indirectamente a través de proveedores. ¿Se tienen en cuenta tendencias como la reducción del uso de abonos y fertilizantes industriales? ¿la reducción del uso de recursos hídricos y de otro tipo? ¿El paso a la agricultura ecológica? ¿El respeto del bienestar animal? ¿el desarrollo de la biodiversidad?
- ¿Cómo se fabrica? ¿Cuál es la huella de carbono y el consumo de recursos naturales? ¿Cuál es la tecnología de producción y envasado utilizada?
- ¿Cuál es el impacto en la salud de nuestros productos? ¿Con qué ingredientes trabajamos? ¿qué tipo de procesos? ¿Cómo comunicamos?
- ¿Cómo se organiza la distribución y logística? ¿Intentamos potenciar la venta local?
- ¿Cuál es la política de Recursos Humanos? ¿Cómo nos relacionamos con el entorno social donde están ubicadas nuestras explotaciones agrarias, nuestras fábricas y nuestros canales de venta?
Tierra de Renacimiento
Es una pequeña sociedad familiar gestionada por la tercera generación de una familia de agricultores de aceite de oliva. Ubicada en el municipio de Baeza, Jaén, dio un giro a su política hace unos 10 años, para centrarse en la producción y comercialización de Aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico.
En aquel momento, el entorno de producción en la comarca de Baeza era prácticamente del 99,9% tradicional. Ningún agricultor relevante trabajaba según la norma de productos ecológicos. Es aquí donde Manuel Martínez, responsable de Tierra de Renacimiento, decide dar un giro profundo a la misión de su explotación y ser un pionero.
Este enfoque se concretiza no solo en el seguimiento de las normas de productos ecológicos. También en permitir el desarrollo de otras especies más allá de los olivos, cardos borriqueros, arbustos y hierba. Cualquier medida de este tipo favorece el ecosistema, atrayendo a su vez insectos, pájaros y pequeños roedores. El compost orgánico se elabora internamente. Se evita la contaminación de la tierra y de arroyos y corrientes de aguas subterráneas.
Otras iniciativas han sido el desarrollo de una oferta de agroturismo y la apertura de un comercio digital donde ofrecer otros productos ecológicos como frutos secos o miel.
En este momento, poco a poco otros fabricantes y cooperativas de Baeza, contagiados por esta iniciativa, han puesto en marcha otros proyectos para iniciar la producción de AOVE ecológico.
La Fageda
En 1982 se crea la cooperativa la Fageda para la producción y ventas de productos lácteos en la comarca de la Garrotxa, en la provincia de Girona.
Desde el inicio, se trabaja con una fuerte dimensión social, dando empleo a varias personas del hospital psiquiátrico de Sal. Al mismo tiempo que la actividad y la cartera de productos aumenta, se multiplican las iniciativas de apoyo social para personas con discapacidad. Asimismo, a personas en situación de vulnerabilidad.
Hoy en día, la Fageda elabora productos alimentarios de gran calidad en los sectores lácteo, helados, mermeladas y postres. Pero además su misión explica perfectamente el sentido de su trabajo. “Trabajamos para mejorar la calidad de vida y promover la integración social de personas con discapacidad intelectual y/o trastornos mentales severos y otros colectivos … de la Garrotxa …”