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Se conoce como sauce césar en francés, caesar dressing en inglés o salsa caesar en italiano. En cualquier caso, vemos que la salsa césar es una verdadera propuesta internacional. Prácticamente en cualquier rincón del mundo encontraremos algún restaurante que proponga esta salsa para acompañar una ensalada de pollo y picatostes.
Muy fácil de preparar, resulta más natural y sana que las opciones envasadas.
Historia de la ensalada con salsa César
Podríamos comenzar este epígrafe diciendo que la salsa césar se inventó en el siglo I AC. Y que los patricios romanos la degustaban en sus banquetes, cómodamente recostados en sus triclinios. Pero en realidad el origen de esta receta es bien distinto, y aunque hay un origen italiano, también está influida por su origen… ¡mexicano!
A principios del siglo XX existió una gran diáspora de emigrantes italianos hacia América. Este fue el caso del cocinero lombardo Césare Cardini, proveniente del lago Maggiore, prácticamente junto a la frontera suiza. Inició su aventura norteamericana instalándose en California. Pero más tarde debido a la frustración que creaba la Ley Seca, que prohibía la venta de bebidas alcohólicas, decidió abrir un restaurante en Tijuana, en la frontera del lado mexicano. Justo al otro lado de Chula Vista, todos ellos evocadores nombres fantasiosos del nuevo mundo.
Gracias a su buen hacer, el restaurante fue todo un éxito, atrayendo clientes de uno y otro país. Un 4 de julio de 1924, como homenaje a la fiesta nacional estadounidense, creó una receta de ensalada de lechuga con picatostes y con una salsa de aceite de oliva virgen extra, limón exprimido, anchoas, huevo y queso parmesano. Según qué versión de la leyenda, se añade también una pequeña condimentación de la salsa Worcester.
Fue un rotundo éxito, originalmente la llamó la “salsa de los aviadores”, puesto que tenía clientes en este oficio. Pero el público, más pragmático la rebautizó como la salsa de Césare, su afanado creador. Lejos de pararse aquí. Césare decidió patentar la fórmula, lanzó una marca en EEUU que tuvo gran éxito en las décadas sucesivas y que ha perdurado hasta nuestros días.
¿Casera o industrial?
Como en otros muchos casos, frente a la alternativa casera siempre podemos optar por un producto envasado. Sin embargo, desde Saludteca te animamos a que la prepares en casa, conseguirás un sabor más fresco, obtendrás un producto más natural y podrás controlar la cantidad de sal.
A modo comparativo mostramos los ingredientes de la salsa César Heinz a junio de 2022. Una de las marcas más extendidas, y en concreto nos hemos fijado en su referencia de 400 ml.
Ingredientes: “Aceite de soja (43%), agua, vinagre de vino, azúcar, queso parmesano (3%), yema de huevo, sal, vinagre de alcohol, aromas, acidulante (ácido láctico), semillas de mostaza, ajo en polvo, espesante (goma xantana), conservador (sorbato potásico), colorante (caramelo natural), especias, vinagre de malta (cebada), melaza, cebolla en polvo, anchoa (pescado), tamarindo, antioxidantes (EDTA de calcio disodio, extracto rico en tocoferoles). Contiene cereales que contienen gluten, huevos y derivados, pescado y derivados, leche y derivados, mostaza y derivados y malta”.
Podemos observar la base de aceite de soja, inferior a la mezcla con aceite de oliva que vamos a proponer. Aporta azúcar, totalmente innecesario, pero que sirve para conseguir un sabor más adictivo y que se ignora en la receta casera. Cuenta con aditivos como aromas, acidulante, espesante, conservador y colorante. Es decir, entra de lleno en la definición de alimento ultraprocesado, que la OMS recomienda reducir al máximo.
Ingredientes para 5 personas
- 75 ml de aceite de oliva virgen extra suave.
- 75 ml de aceite de girasol (para suavizar un poco el sabor del aceite de oliva).
- Un huevo.
- 2 filetes de anchoas en aceite.
- Medio diente de ajo.
- Una cucharadita de mostaza de Dijon.
- Medio limón.
- Un puñado de sal.
- 20 gramos de queso parmesano rallado.
- Opcionalmente media cucharada de salsa Worcester.
Preparación de la salsa César
Necesitaremos contar con una batidora y un recipiente alargado para batir.
Picamos la porción de ajo y cortamos las anchoas con unas tijeras. Las introducimos en el recipiente.
Partimos el huevo y lo vertemos crudo en recipiente. Añadimos la cucharadita de mostaza, exprimimos el medio limón, echamos la sal, el aceite de girasol y batimos sin mover las cuchillas del fondo de la vasija, veremos que poco a poco se espesa, igual que la mayonesa.
Añadimos al tiempo que seguimos batiendo desde el fondo, el aceite de oliva, el queso parmesano y si lo tenemos, la salsa worcester. Degustamos con una cucharita y si fuera necesario añadimos un poquito más de sal.
En cuanto a la ensalada recomendamos simplemente una base de lechuga troceada y porciones troceadas de pollo frito en muy poco aceite o incluso a la plancha.