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Los sulfitos son un conjunto de sustancias que si bien están presentes en diversos productos como agentes conservantes, se asocian especialmente al vino. Cuando son añadidos en la industria alimentaria, la legislación obliga a identificarlos entre los ingredientes con códigos del grupo E22x, que va desde del E220 hasta el E228.
Hoy te explicaremos ¿qué son los sulfitos? y ¿debemos alarmarnos por su presencia en algunos alimentos?
Sulfitos, ¿qué son?
Los sulfitos son un conjunto de derivados químicos del azufre, los cuales son usados comúnmente en diversos productos, como conservantes, antimicrobianos, antifúngicos o antioxidantes. Sin embargo, han surgido diversas polémicas por utilizarlo no solo en el vino, sino también en otros productos.
El problema con ello, es que debido a estas polémicas, se han demonizado estas sustancias, porque se piensa que tiene demasiados efectos negativos en la salud de los consumidores. Incluso, esto ha llevado a que muchas marcas proclamen en sus anuncios que sus productos están libres de estas sustancias.
Lo cierto es que estas sustancias sólo pueden ser dañinas cuando se consumen de manera excesiva. Mientras, solo sirven para evitar el crecimiento de bacterias, moho y levaduras, previene el oscurecimiento de crustáceos y ayudan a mantener frescos algunos alimentos. Por lo tanto, no es conveniente suprimirlos de algunos alimentos.
¿Son peligrosos para la salud?
Según la EFSA, los sulfitos están presentes de manera natural en diversos alimentos, así como en nuestro organismo, por lo que su presencia no suele representar un riesgo. Sin embargo, si puede representar un problema de seguridad si los alimentos que lo contienen se consumen en grandes cantidades.
El problema es que la EFSA no ha logrado determinar un umbral máximo que se debe consumir de esta sustancia. Sin embargo, algunos estudios han determinado que un puede estar en un máximo de 10 mg por kg del peso corporal de una persona, al día. Por otra parte, hay algunas pocas personas que son alérgicas o intolerantes a esta sustancia y lo manifiestan con reacciones cutáneas o dificultad respiratoria.
Según la EFSA, un consumo excesivo, es decir, por encima del umbral máximo de ingesta, ha demostrado tener efecto directo en el sistema nervioso central. Sin embargo, el umbral mínimo diario es bastante alto, por lo que en cantidades pequeñas y controladas, consumir esta sustancia no es tan arriesgado como popularmente se piensa.
Sulfitos en el vino
En los vinos, mostos y sidras, algunas marcas incluyen sulfitos en pequeñas cantidades con el fin de evitar el crecimiento de bacterias, levaduras y moho. Recordemos que estas bebidas son elaboradas mediante un proceso de fermentación que puede llegar a ser tóxico cuando las bacterias, moho y levadura crecen demasiado durante el proceso de envasado, almacenamiento y transporte. Por ello, resulta tan importante el uso de los sulfitos en pequeñas cantidades.
Los sulfitos también son antioxidantes y antioxádicos, debido a que evitan la oxidación del vino, es decir, que sus propiedades organolépticas se vean afectadas. De igual modo, las propiedades antimicrobianas de esta sustancia hacen que sean un antimicrobiano por excelencia.
Vinos sin sulfitos
En realidad no existen vinos sin sulfitos, debido a que esta es una sustancia que se produce naturalmente en el vino. Sin embargo, si existen vinos sin sulfitos añadidos, los cuales anuncian esta característica en las etiquetas. El problema con estos, es que tienen mayores posibilidades de que se desarrollen y multipliquen bacterias o microbios que vuelvan tóxico el vino.
Algunos alegan que los vinos a los que no se les añaden los sulfitos, son más naturales al no perder la esencia del fruto. Sin embargo, en realidad no alteran el sabor del vino, por lo que no implica gran diferencia organoléptica al añadirlo.
Alimentos que contienen
Los sulfitos no solo aparecen en los vinos, sino que también están presentes en otros productos tales como:
- Los crustáceos, debido a que previenen el oscurecimiento de estos.
- Frutas desecadas, ya que ayudan a mantener su color.
- Productos cárnicos preparados como salchichas o chorizos, debido a que les ayuda a mantener la carne fresca y rosada.
- Salsas, a fin de evitar el crecimiento de bacterias.
- Diversos productos crudos y listos para cocinar o freír como patatas o nuggets.