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Es uno de los postres más populares en nuestro país. La tarta de queso cuenta con una legión de seguidores, aunque también de detractores, que no aprecian el contraste tan particular entre el sabor crudo del queso con el dulzor de un postre. A nosotros particularmente nos encanta cuando se elabora de forma casera y se añade un topping de frutos del bosque.
En cambio, existen algunas tartas de tipo industrial que son verdaderamente insulsas y decepcionantes. Con bases de galletas de textura excesivamente compacta, sin ligereza, o con masas algo gelatinosas, en las que es difícil distinguir la naturalidad de un queso fresco. Por no hablar de los topping empalagosos que se comen al resto de ingredientes.
¿Dónde se consume la tarta de queso?
La tarta de queso está extendida en todos los países con cultura de queso. En los países mediterráneos, siendo los italianos los que mejor han sabido desarrollar variedades para postres, por ejemplo, el mascarpone. Sin olvidar los quesos feta griegos. En Francia, quizás la nación con mayor tradición, cuentan con quesos para tartas más suaves como el brie, otros con una fuerte personalidad, como el roquefort y otros que situamos en una escala intermedia, como el camembert, de olor tan desconcertante pero que sorprende por su cremosidad. Los anglosajones utilizan el cheddar, como gran referencia cultural. Y en los países del este de Europa variedades de quesos blancos menos grasos, como el twarog.
Tipos de quesos para hacer tarta de queso
El sabor en boca tan predominante del queso, hace que una de las claves del sabor de la tarta está en la variedad que utilicemos. También afectará a la textura más o menos cremosa de la tarta. Veamos un repaso de los quesos con los que podemos prepararla y las notas que aportan.
- Quesos blancos cremosos. Tienen algo menor contenido graso y un sabor más suave, pero eso sí, una gran cremosidad. Por tanto, adecuados para personas que prefieran una opción delicada. Entre los quesos blancos a considerar la ricota. No parece en cambio lógico usar un queso demasiado ligero, como el Burgos, que dejará el postre demasiado pobre de sabor.
- Quesos cremosos. Son una de las mejores opciones para esta receta. El brie francés o también la célebre torta del casar, extremeña. Es muy conocido el tipo Philadelphia, muy versátil para cocinar.
- Quesos grasos. Esta es la opción a descartar, para evitar acabando con un postre excesivamente pesado. Así que desaconsejamos los quesos curados y muy grasos para esta tarta.
- Quesos azules. Esta es la opción para los grandes amantes del queso. Contamos con el gorgonzola italiano, el roquefort francés o el cabrales asturiano. En este caso hay que ser más comedidos con la cantidad que usemos, para evitar que su fuerte sabor nos aleje del equilibrio de este postre.
Nutrición
El queso aporta desde un punto de vista alimenticia proteínas lácteas y grasas, en mayor o menor grado según se variedad. Existen quesos blancos con tan solo un 15% de grasa, como el de Burgos, y en el otro extremo el de cabra y el cheddar, con alrededor de un 35%.
Es por esto que debemos ser comedidos en el consumo de queso, aunque tenga otros aspectos interesantes como el aporte de vitaminas A y D o de calcio.
Frutos del bosque
Los frutos rojos o frutos del bosque suponen un realce visual muy colorido. Y también un contraste por su textura tierna y la sensación de frescura tan particular en la boca, cuando los masticamos.
Entre los más conocidos tenemos:
- Las grosellas, de color rojo.
- Los arándanos azules o rojos.
- Las moras oscuras.
- Las fresas silvestres.
- Las frambuesas, etc.
Nutrición
Los frutos rojos son bastante complementarios del queso desde un punto de vista nutricional. Son ricos en numerosas vitaminas, destacando la vitamina C.
También contienen antioxidantes interesantes en sus polifenoles. Son los valorados flavonoides, taninos o las antocianinas.
Ingredientes para 8 raciones
Confesémoslo, puestos a preparar una tarta de queso casera, mejor que sobre una pequeña porción, que podamos acabar de tomar al día siguiente. Así que, para una familia de 4 miembros, proponemos una tarta de 8 raciones.
Existen alternativas más complejas para su elaboración, pero nosotros vamos a optar por una receta sencilla. Eso sí con una pequeña base de galleta, que nos parece importante por su textura crujiente que redondea la sensación agradable de la tarta.
Para la base inferior de la tarta:
- 100 g de mantequilla.
- 250 gramos de harina y 30 de azúcar.
- O alternativamente, por simplicidad unos 280 g de galleta María (sin necesidad de añadir azúcar).
Para el relleno
- 500 g de queso cremoso, o variedad a elegir según hemos explicado anteriormente.
- 200 gramos de nata líquida ligera.
- 100 g de azúcar blanco.
- 20 gramos de harina.
- 2 huevos.
Para el topping
- Mermelada de frutos del bosque o de fresa.
- 80 gramos de frutos del bosque a elegir entre las variedades explicadas anteriormente.
Preparación
Necesitaremos un molde redondo de unos 20 centímetros que sirva para el horno.
- Sacamos el queso y la mantequilla que vayamos a usar del frigorífico durante una hora aproximadamente, para facilitar trabajar con estos ingredientes a temperatura ambiente. Si hiciera falta calentamos medio minuto en el microondas para facilitar la untabilidad.
- Preparamos sobre el molde una base, mezclando con un tenedor la mantequilla la harina y azúcar. O alternativamente la mantequilla con las galletas desmenuzadas, en cuyo caso no hay que añadir azúcar. Una vez que la masa esté homogénea la aplastamos con la cuchara, para que quede compacta. Metemos el molde en el frigo 15 minutos para que se enfríe.
- En un cuenco mezclamos con una varilla el queso con la nata, la harina y el azúcar hasta que la mezcla esté homogénea. Batimos los huevos y los mezclamos también.
- Precalentamos el horno a 180ºC con calor superior e inferior.
- Recuperamos el molde con la base del frigorífico y vertimos la masa mezclada de queso. Con una cuchara revolvemos un poco para asegurarnos que no queden burbujas de aire. Es el momento de meter el molde en el horno. Lo dejamos unos 50 minutos. Pinchamos la masa con una varita y comprobamos si sale limpia, en cuyo caso está listo.
- Apagamos el fuego y sacamos el molde, lo dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. En ese momento la cubrimos con una cuchara de una fina capa de mermelada y con los frutos del bosque.
- La guardamos en el frigorífico durante al menos 5 horas, para que esté fresca a la hora de degustarla.
¿Cuál es el mejor postre?
Desde Saludteca apostamos por las frutas de temporada como postre habitual. Son más sanas, aportan vitaminas, fibra y antioxidantes. Son saciantes y digestivas.
En otros artículos hemos analizado los problemas con las dietas occidentales poco naturales, demasiado calóricas y el exceso de ingesta de sal y azúcar. La tarta de queso que acabamos de explicar es rica en grasas (en parte saturadas) y azúcar.
¿Quiere esto decir que desaconsejemos la tarta de queso? No, simplemente esta debe ser una alternativa en ocasiones puntuales. Por ejemplo, podemos fomentar en casa el hábito de comer fruta entre semana y permitirnos un postre casero o de lácteos el fin de semana.