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Trankimazin se suele colar en las listas de los medicamentos más vendidos en España. Su principio activo, alprazolam, es un ansiolítico que actúa sobre el sistema nervioso central, sobre el cerebro. Alivia la angustia de las personas con síntomas graves de ansiedad.
Tras la pandemia se ha visto un incremento en la incidencia de estrés, incluso en grupos que anteriormente estaban menos expuestos a esta dolencia, como son los jóvenes. Aunque es importante incorporar hábitos que reduzcan y que ayuden a controlas la angustia, cuando haga falta, hay que acudir a un especialsita que valore el tratamiento con ansiolíticos.
Uso con prescripción médica
Los problemas de ansiedad deben ser tomados en serio. Afortunadamente cada vez hay menos miedo social a reconocer que se sufre este tipo de problemas. En ocasiones de forma puntual, asociada a ciertos acontecimientos vitales. En otros casos más graves, de forma más permanente.
En todos los casos, hay que acudir a un especialista. Ya sea nuestro médico de cabecera de confianza o a un psiquiatra. Sólo un sanitario debe valorar nuestro estado y prescribir un tratamiento, que puede ser con trankimazin.
Aunque sólo se puede comprar con receta médica, se sabe que hay pacientes que acumulan producto para autoconsumo y lo comparten para consumo sin receta. Es una práctica muy peligrosa, ya que puede provocar adición. Y además puede presentar efectos secundarios graves, empezando por problemas respiratorios.
¿Para qué sirve trankimazin?
Se trata de un fármaco ansiolítico, englobado en el grupo de los conocidos como benzodiazepinas.
No cura las razones últimas que producen ansiedad, ya sean internas o externas, pero sí alivia sus síntomas cuando son graves. Reduciendo la ansiedad y la angustia que puede sufrir la persona.
Es importante saber que está indicado solo para adultos y para uso a corto plazo
Trankimazin 0,25 mg
Existen varias versiones de este medicamento con distinta concentración del principio activo., alprazolam. Dos de las más comercializadas son la de 0,5 miligramos y la de 0,25 mg que vamos a desarrollar.
La versión de 0,25 mg se ofrece en comprimidos, que se pueden conservar temperatura ambiente por debajo de 30C. Como todos los medicamentos hay que conservarlos fuera del alcance y vista de los niños.
El prospecto nos indica que no se debe consumir por:
- Personas alérgicas a las benzodiazepinas en general, a alprazolam en particular o cualquier otro ingrediente del comprimido.
- Quienes padezcan dificultades respiratorias.
- Cualquiera con alteraciones graves del hígado.
- Los pacientes de miastenia gravis, caracterizada por una debilidad muscular.
- Menores de 18 años.
Igualmente hay que advertir al médico antes de tomarlo de cualquier enfermedad física o mental que se pueda sufrir y de cualquier tratamiento farmacológico que se esté tomando.
No se recomienda en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, es estos casos el médico debe valorar el tratamiento a seguir.
¿Cómo tomarlo?
Los comprimidos se tragan con un vaso de agua u otro líquido sin masticar.
Hay que seguir exactamente las instrucciones de uso y duración del tratamiento del médico. De manera general:
– Una dosis inicial de 0,25 mg a 0,5 mg de alprazolam tres veces al día.
– Una dosis de entre 0,5 mg y 4 mg diarios, repartidos en dos o tres tomas.
Durante el tratamiento se debe evitar el alcohol puesto que suele potenciar la somnolencia.
El periodo de tratamiento no debe durar más de dos a cuatro semanas.
Efectos adversos
Como hemos comentado anteriormente, el alprazolam provoca adición a largo plazo, es una de las razones por las que se limita el periodo de toma de producto.
La lista de efectos adversos es amplia, entre los más frecuentes:
- Estados de ánimo alterados, como síntomas de depresión, ansiedad, nerviosismo e irritabilidad.
- Sensación de cansancio, sedación, somnolencia, trastorno de la coordinación (ataxia), dificultad para articular palabras (disartria), mareo, dolor de cabeza.
- Problemas digestivos como estreñimiento, nauseas o pérdida de apetito. También sensación de boca seca.
- Dificultades de concentración, alteración de la memoria, sensación de confusión, desorientación, ansiedad, insomnio.
- Coordinación anormal, alteración del equilibrio, temblores.
- Disfunción sexual y alteración del deseo sexual.
- Visión borrosa.
- Aparición de una dermatitis.
- Cambios en el peso.
El prospecto enumera otros posibles efectos menos frecuentes que conviene leer, para ser conscientes de cualquier alteración física y mental. En estos casos hay que acudir rápidamente a un médico.
Consumo excesivo de ansiolíticos
Existe un organismo dependiente de las Naciones Unidas, la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que regularmente analiza el consumo fármacos a nivel internacional.
En su último informe anual se analiza el caso de los ansiolíticos o tranquilizantes. Y concretamente las benzodiacepinas, entre las cuales se incluye Trankimazin. Pues bien, desafortunadamente, España se sitúa entre los países con mayor consumo entre los 90 incluidos en el estudio.
Esta situación supone un verdadero reto para todo el sitema de Salud Nacional, pero también para los dirigentes de políticos, pues acaba siendo un problema social. Por eso volvemos a insistir en la resposabilidad individual respecto a estos medicamentos.