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Xebevir es un complemento alimenticio compuestos por diferentes cepas de probióticos y que se pueden adquirir en España. Su fórmula incluye cuatro cepas seleccionadas y un refuerzo de vitamina D. Lo fabrica el laboratorio italiano Zambon.
No se necesita receta para adquirirlo en farmacias o en otros centros comerciales. No está considerado como un medicamento, sino como un complemento alimenticio. Aún así se aconseja preguntar a un médico antes de tomarlos, si se tienen problemas de salud, o en el caso de mujeres embarazadas o en estado de lactancia. Tampoco se debe usar este producto en niños menores de tres años.
Vamos a aprovechar este post para hablar de los probióticos y del papel que pueden jugar para mejorar la salud.
Xebevir AB21
Xebevir AB21 es el nombre completo de este producto. Se comercializa en un envase de cartón que contiene 30 cápsulas, que se corresponden con la duración recomendad por el fabricante para su consumo. Es decir, una cápsula durante 30 días.
Contiene una combinación de custro cepas probióticas que han sido patentadas. Hay que saber que existen miles de cepas posibles y los fabricantes tratan de identificar y seleccionar las más interesantes. Este proceso se realiza mediante técnicas de biología molecular y secuenciación de ADN. Estas técnicas permiten a los científicos identificar las cepas de microorganismos específicas y caracterizar sus propiedades, incluyendo su capacidad para sobrevivir en el tracto gastrointestinal y sus efectos sobre la salud.
Se le añade una cantidad importante de vitamina D, 10 µg por cápsula, ya que según el fabricante contribuye junto a sus probióticos, al buen funcionamiento del sistema inmunitario.
¿Cómo tomar Xebevir?
En general es preferible tomar los probióticos entre comidas, al menos una hora antes de una comida principal. Se mezcla el contenido en polvo de la cápsula con un pequeño tentempié como un yogur o una fruta. Se cree que la grasa puede ayudar a proteger los microorganismos durante su paso por el estómago y aumentar la cantidad de probióticos que llegan al intestino. Por eso son interesantes para acompañarlos, un yogur graso, por ejemplo, un yogur griego, una porción de queso, un vasito de leche entera, unos frutos secos, o un trozo de aguacate.
Por el contrario, hay que evitar los zumos ácidos ya que pueden dañar a los microorganismos. También es preferible evitar tomarlos con las comidas principales, ya que se activan los jugos gástricos en el estómago. Parece que algunos tipos de probióticos tienen una capacidad de resistencia al ácido y pueden sobrevivir al ambiente ácido del estómago. Pero en todo caso si evitamos tomarlos con comidas copiosas reducimos el riesgo de eliminar los probióticos, antes de llegar vivos al intestino, donde son capaces de reproducirse.
Se cree que los alimentos que contienen probióticos pueden tener una mejor supervivencia de los microorganismos debido a que están protegidos por otros componentes alimenticios. Por ejemplo, el yogur y otros productos lácteos fermentados contienen proteínas y lípidos que pueden ayudar a proteger los probióticos del ácido del estómago.
También se pueden utilizar recubrimientos especiales en algunos suplementos de probióticos para mejorar su supervivencia a través del ácido estomacal.
¿Qué son los probióticos?
Hace algunos años que se ha puesto de moda hablar de la microbiota y los probióticos.
Dentro de nuestro intestino, sobre todo en el intestino grueso, se alojan millones de microorganismos. Principalmente bacterias, aunque también virus, levaduras y hongos que viven felizmente, ingiriendo parte de la comida que tomamos. Puede pareces un horror, ¿son parásitos? Pues lo interesante es que en realidad son muy beneficiosos para algunas funciones del organismo. Especialmente tienen una enorme influencia en el buen funcionamiento del sistema inmune. Hasta el punto de que la investigación asocia una rica flora intestinal a mejor salud y longevidad.
Pues bien, llamamos probióticos a algunos de esos microorganismos vivos, como bacterias o levaduras, que se encuentran de forma natural en el cuerpo humano y en ciertos alimentos. En concreto en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi.
Aunque los probióticos son generalmente considerados seguros para la mayoría de las personas, es importante hablar con un profesional de la salud si se tienen problemas de salud. También las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Y especialmente aquellas personas con problemas de inmunodeficiencias o con problemas digestivos e intestinales.
¿Para qué sirven los probióticos?
Aunque existe un consenso en la influencia general de los probióticos en el sistema digestivo e inmune, existe una cierta controversia por los estudios que lo respaldan. Dado que existen miles de cepas posibles de probióticos, no se puede afirmar con rotundidad que las propiedades demostradas para una cepa particular, sean generales para el conjunto de los probióticos.
Con esta salvaguarda, los probióticos en general, cuando se consumen en cantidades adecuadas, pueden brindar beneficios para la salud. A continuación, se presentan algunas de las propiedades que se han comprobado con algunas cepas en particular:
- Mejoran la salud digestiva. Ayudan a mejorar la salud del tracto gastrointestinal, ya que pueden reducir la inflamación, mejorar la función intestinal y reducir los síntomas de trastornos digestivos, como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
- Fortalecen el sistema inmunológico. Hay evidencia científica que sugiere que algunos probióticos pueden mejorar la función inmunológica y, por lo tanto, fortalecer las defensas del cuerpo contra las enfermedades. Este mecanismo se activa porque algunas cepas estimulan la producción de anticuerpos y aumentan la actividad de las células inmunitarias. Parece que pueden ser particularmente útiles para reducir la incidencia y la gravedad de las infecciones respiratorias agudas, como el resfriado común y la gripe.
- Reducen los síntomas de alergias. Algunas cepas de probióticos pueden ayudar a reducir los síntomas de alergias, como el asma y la dermatitis atópica. En este caso por un efecto antiinflamatorio en el organismo.
- Mejoran la salud mental. La evidencia científica en este campo aún es limitada, pero las primeras tendencias muestran uno de los efectos más sorprendentes. Se cree que esto se debe en parte a que los probióticos pueden influir en la producción de neurotransmisores como la serotonina y el GABA, que están involucrados en la regulación del estado de ánimo. Así pueden tener efectos positivos en la salud mental, y reducir la sensación de estrés y ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
En general pues, los probióticos pueden ser beneficiosos para la salud de muchas maneras diferentes y se están investigando cada vez más sus posibles aplicaciones terapéuticas en una variedad de afecciones de salud. Pero todavía queda recorrido para conocer mejor su funcionamiento.